LITERATURA MODERNA 08 – RENACIMIENTO ESPAÑOL – NOVELAS
La prosa en el s-XVI, Narrativa, de Miguel de Cervantes Siglo
XVI, El Quijote
18 de marzo 2019
25 de marzo 2019
Cervantes además de ser un dramaturgo aunque sus obras no
llegan a tener la importancia que llega a tener el teatro de Lope de Vega o de los dramaturgos del
barroco, escribe una serie de novelas.
La primera novela con la que se inicia es con la Galatea
que es una novela pastoril al poco tiempo de volver de Argel, siguiendo la moda
de la literatura de corte bucólico pastoril y de la antigüedad clásica, con
pastores que no son pastores, que son ficticios que se lamentan de sus penas o de sus cuitas
porque generalmente, en el libro hablan siempre cuitas que son siempre una pena
amorosa, sus desdichas amorosas, es importante porque Cervantes rinde tributo a
un tipo de novela que había sido importante en el s-XVI, como los siete libros
de Montemayor que explican el éxito de esa novela pastoril.
Sin embargo, la novela pastoril es la que peor ha resistido
el paso del tiempo, es un tipo de obra que tiene una carga de muchas
descripciones de ese ambiente bucólico pastoril que describía Garcilaso, en la
églogas y que era tan bello, donde se recreaban los amores, en la época que el
escritor fue feliz.
En poesía suscitaba más emociones, pero en la prosa
describir escenarios pastoriles en los que cortesanos disfrazados de pastores
se lamentan de sus penas, hay muchísima descripción, que lógicamente cuando se
va leyendo se desea más acción y menos descripción. La Galatea es una de las
novelas que peor ha resistido el paso del tiempo.
La joven Galatea está enamorada de un pastor y se queja de
que no le corresponde, en la que hay una gran amorosidad en el tema de las
descripciones.
A principios de siglo Cervantes escribió el Ingenioso
Hidalgo Don Quijote de la Mancha en 1605 la primera parte y diez años después
en 1615 la segunda parte, la primera parte está dedicada al duque de Bejar y la
segunda al Conde de Lemos, a los que Cervantes les hizo unas dedicatorias.
En el año 1613 publicó
las Novelas ejemplares, El casamiento engañoso, La Gitanilla, El amante
liberal, La española inglesa, Rinconete y Cortadillo, El Licenciado vidriera,
La fuerza dela sangre, El celoso extremeño.
La otra gran obra que aparece en Cervantes y se publica de
forma póstuma en el año 1617, son los Trabajos de Persiles y Sigismunda que
recrea la novela bizantina, la novela de aventuras, en donde los protagonistas,
deben recorrer una serie de trabajos y peripecias hasta que finalmente llegan a
Roma y consiguen casarse y ser felices acabándose las dificultades.
Sorprende sobre todo en esa obra el conocimiento que tenía
Cervantes de la geografía por donde iban pasando los personajes, en Italia
había estado y lo conocía, pero no en otras zonas, pero gracias a su capacidad
lectora tenía muchos conocimientos, Cervantes era un gran lector por lo que
tenía una gran sabiduría y sobre todo de lugares, topografía pro donde iban
pasando los protagonista, recreando esos escenarios aprendidos de su lectura de
geografía, y de obras que hacían referencia a diferentes lugares.
De «A don Pedro Fernández de Castro, conde de Lemos, de
Andrade y de Villalba, en Madrid por
Juan de la Cuesta, la edición, la imprenta de la que sale el Quijote, el a
calle Atocha.
Las novelas ejemplares tuvieron un éxito enorme llegando a
tener más de 60 ediciones incluidas traducciones a las diferentes lenguas
cultas de ese momento, y en prologo además de ofrecer su propio autorretrato de
cómo se ve asimismo, presume de ser el primer novelista en habla castellana, y dice:
“A esto se aplicó mi ingenio, por aquí me lleva mi inclinación, y más que me
doy a entender, y es así, que yo soy el primero que he novelado en lengua
castellana, que las muchas novelas que en ella andan impresas, todas son
traducidas de lenguas extranjeras, y estas son mías propias, no imitadas ni
hurtadas; mi ingenio las engendró, y las parió mi pluma, y van creciendo en los
brazos de la estampa”
NOVELAS EJEMPLARES
La palabra novela viene del italiano novella corta en
contraposición a romanzo que es una novela extensa, una novella originariamente
era un cuento, un relato breve, y la mayor parte de las novelas ejemplares son
relatos muy breves de 50 a 100 páginas frente a la extensión del Quijote, pero
que son ejemplos narrativos y de hecho utiliza, alguna de ellas como ejemplo de
novela picaresca, otras de novela idealista, y les da el nombre de novelas
ejemplares, pues no hay ninguna de la que no se pueda sacar un ejemplo
provechoso, y dice Cervantes:
“Heles dado nombre de ejemplares, y si bien lo miras, no
hay ninguna de quien no se pueda sacar algún ejemplo provechoso; y si no fuera
por no alargar este sujeto, quizá te mostrara el sabroso y honesto fruto que se
podría sacar, así de todas juntas como de cada una de por sí.”
Por un lado el realismo con el que describe a los gitanos,
y por otro lado ese final feliz fruto de esa anagnórisis, que es el documento
que tiene la vieja gitana, forma parte de ese grupo de novelas que se conocen
como IDEO REALISTAS.
Las novelas ejemplares se suelen dividir en dos grupos unas
que son realistas como RINCONETE Y CORTADILLO, y otras que son idealistas como
el LICENCIADO VIDRIERA, y entre ambas y hay alguna de ellas como la ILUSTRE
FREGONA o la GITANILLA.
Algunas de sus obras más importantes como la primera parte
del Quijote está dedicada a don Pedro Fernández de Castro, conde de Lemos, de
Andrade y de Villalba, marqués de Sarriá, gentilhombre de la cámara de su
majestad, presidente del consejo supremo de Italia, comendador de la encomienda
de la Zarza, de la Orden de Alcántara, etc…
Y dice Cervantes, estaba terminando su vida, él publica en
1600 antes de morir en el año 1616 las novelas ejemplares, y dice: “Ayer me
dieron la extrema-unción, y hoy escribo esto; el tiempo es breve, las ansias
crecen, las esperanzas menguan, y con todo eso llevo la vida sobre el deseo que
tengo de vivir y quisiera yo ponerle coto hasta besar los piés á V. E. que
podía ser fuese tanto el contento de ver a V. E. bueno en España, que me
volviese á dar la vida;”
En la época de Cervantes la expresión apuntaba a un
contrasentido obvio, no eran ejemplos morales sino ejemplos narrativos, la novela estaba constituida para
la posteridad por una obra literaria que era el Decamerón de Boccaccio, que son
narraciones llenas de sensualidad, procacidad, es decir cuentos que eran un
poco la esencia de lo que sería después la novela.
Esas novelas no eran ejemplarizantes para el lector, y en
la España de postridentina que aparece en las novelas ejemplares, menos, y bajo
el efecto del Concilio de Trento y toda la influencia que Bocaccio había
ejercido en la primera etapa del Renacimiento español, en las novelas
ejemplares se refiere a ejemplos morales, doctrinales, sino modelos narrativos.
ASUNTOS Y TEMAS
Cervantes buscó “mezclar asuntos y temas para conseguir la
tan valorada variedad que suponía un ameno deleite, una entretenida lectura”.
Para Cervantes eran modelos narrativos y también ejemplos literarios, no
morales.
La crítica la clasifica entre realistas e idealistas, que
son los dos polos entre los que se mueve la literatura cervantina y el Quijote
es como personaje muy idealista y Sancho muy realista.
Las novelas ejemplares podrían dividirse en dos grupos: las novelas realistas en las que
predomina la observación de la realidad como:
El celoso extremeño
Rinconete y Cortadillo
El casamiento engañoso
El Coloquio de los perros
Donde recrea sobre todo, y ofrece la visión que Cervantes tenía
de esa realidad del momento.
Las idealistas, en las que pone mayor énfasis en la
imaginación, como:
El amante liberado
La española inglesa
La ilustre fregona
La fuerza de la sangre
Las dos doncellas
La señora Cornelia
Hay otras obras tienen rasgos realistas como el caso de la
Gitanilla que tiene esa visión de la vida de los gitanos, tal como vivían, sin
embargo, tiene un final muy idealista y romántico.
Al Licenciado Vidriera y a la Gitanilla se las ha
denominado como ideo-realistas, donde domina el realismo y el idealismo.
En las novelas idealistas se encuentran héroes sin tacha
que reúnen en sus personas belleza física y moral. Estas novelas sí son modelos
de conducta. Los enamorados muestran un absoluto respeto a la mujer, con un
amor siempre honesto e intachable, aunque a veces, puede resultar demasiado
encorsetado, siguiendo normas y convenciones.
En las realistas no hay por lo general una trama amorosa y
no hay idealización, no hay un hilo conductor, son sucesos como ocurre en
Rinconete y Cortadillo, en las que va
contando las vidas de estos dos jóvenes, pero a diferencia de la novela
picaresca que se caracteriza porque el protagonista va pasando de amos y así va
evolucionando.
Rinconete y Cortadillo, son dos jóvenes que se llaman
Rincón y Cortado que no van pasando de amos, sino pasando de lugares, desde que
inician su recorrido en Madrid hasta que llegan a Sevilla y sin darse cuenta en
la Cofradía de Monipodio consiguen hurtar varias faltriqueras, y cuando el
alguacil llega a pedir a Monipodio que le explique lo que ha pasado, y que
al que han robado es una persona
importante, Monipodio increpa a sus pupilos para que digan quien ha y sido y como se ha podido no seguir las reglas
pautadas, entonces le dicen que no han sido ellos, sino que han sido dos
picaros que estaban en Sevilla, y cucando empiezan a preguntar cómo se llaman
le dicen que Rincón y Cortado, que quienes son sus padres, y de donde proceden,
dicen:
“Pues no ha lugar decir de donde provengo, ni quien son mis
padres”, y Monipodio dice; “pues tienes razón, desde ahora tú te llamaras
Rinconete y tu Cortadillo”, y a partir de ese momento ellos devuelven la bolsa
que han robado, y sin pasar por ese periodo de noviciado de prácticas y se inician en la Cofradía de
Monipodio, con plenos derechos, pero son una sucesión de cuadros más que una
trama que lleve un hilo argumental.
Según la crítica las mejores son, La Gitanilla, Rinconete y
Cortadillo, El celoso extremeño donde plantea sobre todo la diferencia de edad
en el casamiento, porque él es un señor mayor
casado con una joven y el doblete formado por el Casamiento engañoso y
el Coloquio de los perros.
El coloquio de los perros. A través de dos personajes que
son perros hablan de lo divino y lo humano, permitiendo a Cervantes hablar muy
críticamente de la situación del momento, al ser dos perros, siendo una técnica
literaria.
Peralta lee el libro dónde Campuzano escribió la
conversación entre dos perros, mientras Campuzano duerme. La lectura comienza
con Berganza, que cuenta su vida a su compañero Cipión. Berganza cree haber
nacido en Sevilla, quizá en el matadero, donde tuvo su primer amo, el matarife
Nicolás el Romo. Escapó de la crueldad del jifero y vivió después con unos
pastores en el campo, como guardián del rebaño.
Al no poder descubrir al amo las fechorías de los
pastores-lobos, vuelve a Sevilla y sirve a un rico mercader. Por lealtad a su
amo rechaza los sobornos de la criada y, ante la segura venganza de la negra,
se marcha y encuentra como nuevo amo al alguacil amigo de Nicolás el Romo.
Abandona aquel mundo de alguaciles, escribanos, prostitutas y rufianes
asociados en el robo, y se une a una compañía de soldados, en Mairena del
Alcor. Cuando el tamborilero y el "perro sabio", adiestrado en
espectaculares prodigios, llegan a Montilla, la bruja Cañizares reconoce en
Berganza al hijo de la Montiela, cuyos dos niños habían sido transformados en
perros por la bruja La Camacha. Una vez descubierta y humillada la bruja
Cañizares, el perro huye y va a arar a un campamento de gitanos, cerca de
Granada.
Por miedo a que en sus trapacerías lo utilicen como
"perro sabio" se marcha y sirve, en las afueras de Granada, a un
hortelano morisco. Mal alimentado entre los de aquella raza, consuela su
estómago con los mendrugos de un poeta, y sale adelante como "entremesista
y farsante de figuras mudas", hasta que, herido en la representación de un
entremés en Valladolid, cansado de todo, Berganza entra al servicio de Mahudes,
en el Hospital de la Resurrección.
La gitanilla como obra evoca la vida de los gitanos.
Por ejemplo en la Gitanilla cuenta que siendo una bebé es
secuestra a sus padres, y la cuida la matriarca gitana, y cuando es una joven
de 17 años, en uno de los pueblos el hijo único de un rico hacendado, se
enamora perdidamente de Preciosa y se
quiere casar con ella y la que ejerce ce de abuela le dice que no, y que tiene
que pasar al menos dos años con ellos para ver si le gusta la vida gitanesca, y
mientras tanto no se pueden casar, Juan Cárcamo es capaz de dejar todo por
seguir a Preciosa y cuando la novela se acerca ya al final una joven enamorada
de él, le acusa de haber robado, metiéndole en una trampa, y tiene que ir al
corregidor, y cuando llegan ante el corregidor, la esposa de este, al ver a los gitanos y ver a Preciosa,
explica que ella hace tiempo tuvo una hija llamada Constanza y atando cabos, y
que en esta novelas tiene el nombre de anagnórisis, siempre aparece un documento que acredita que
es su hija, entonces se descubre que es hija del corregidor y de su esposa, y
cuando el corregidor está a punto de condenar a Juan por ladrón todo se aclara
y hay un final feliz, y si Juan era rico e hijo de un hacendado castellano,
Preciosa no le desmerece méritos al ser hija del Corregidor.
Esta obra está presente en otras obras posteriores como
Esmeralda de Victor Hugo, en el Jorobado de Notre Dame.
Rinconete y Cortadillo, es una magnífica representación del hampa sevillana, donde Cervantes describe ese mundo
de los marginados.
La ilustre fregona, es una joven de nombre Constanza que trabaja
en una venta pero al igual que Preciosa es hija de un noble que, tiene una hija
fuera del matrimonio y entonces cuando se va a casar con otro joven de rango
superior, se aclara que mediante la anagnórisis
y ya no la desmerece en linaje.
El Celoso extremeño recoge un tema antiguo que en el
s-XVIII lo usaría Lope en su teatro que es la diferencia de edad en el
matrimonio, el viejo que se casa con una joven, Leonora se enamora se enamora
de un hombre buena familia, que es un hombre muy celoso y rico, pero luego ve a
un joven holgazán del que se enamora y aprovechando que el marido está dormido,
pues se escapa con el amante ayudada por criados que no son leales al amo, pero
al final es descubierta por el marido.
LA OBRA DE DON QUIJOTE
La primera parte del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la
Mancha dedicada al duque de Bejar, dice:
Al duque de Bejar, Marqués de Gibraleón, Bañares, Vizconde
de la Puebla de Alcocer, Señor de las villas de Capilla, Curiel y Burguillos. En
fe del buen acogimiento y honra que hace Vuestra Excelencia a toda suerte de
libros, como príncipe tan inclinado a favorecer las buenas artes, mayormente
las que por su nobleza no se abaten al servicio y granjerías del vulgo, he
determinado de sacar a luz al Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha al
abrigo del clarísimo nombre de Vuestra Excelencia, a quien, con el acatamiento
que debo a tanta grandeza, suplico le reciba agradablemente en su protección,
para que a su sombra, aunque desnudo de aquel precioso ornamento de elegancia y
erudición de que suelen andar vestidas las obras que se componen en las casas
de los hombres que saben, ose parecer seguramente en el juicio de algunos que,
no continiéndose en los límites de su ignorancia, suelen condenar con más rigor
y menos justicia los trabajos ajenos; que, poniendo los ojos la prudencia de
Vuestra Excelencia en mi buen deseo, fío que no desdeñará la cortedad de tan
humilde servicio".
Cervantes dice que la obra será sobre todo importante por
esta bajo la protección del duque de Bejar y no tanto porque la haya escrito
Cervantes, y está libre de ambición, pero se puede ver que se estará
contradiciendo a lo largo de toda la obra.
En la primera parte en 1600 es al ingenioso Hidaldo, y en
la segunda parte es al ingenioso caballero don Quijote de la Mancha,
Hidalgo hace referencia a ese hidalgo medieval, y caballero
ya es de su época, de modo que la primera parte el Quijo está todavía bastante
enloquecido y en la segunda parte está bastante cuerdo.
La segunda parte la dedica al conde de Lemos y ya ha salido
el Quijote de Avellaneda y hace referencia a esa obra en esta dedicatoria.
Avellaneda es el seudónimo es un escritor de gran calidad y
trata de reproducir la segunda parte de don Quijote, y los críticos ven la mano
de Lope o de su escuela, pero no se sabe, porque como Cervantes en la primera
parte dice que hará la segunda parte y llegará a Zaragoza, y en 1613 el Quijote
de Avellaneda llega a Zaragoza, está muy bien escrita, es una buena obra.
La segunda parte del Quijote fue escrita en 1615 y la dedicatoria
es al conde de Lemos, y dice:
Enviando a Vuestra Excelencia los días pasados mis
comedias, antes impresas que representadas, si bien me acuerdo dije que don
Quijote quedaba calzadas las espuelas para ir a besar las manos a Vuestra
Excelencia; y ahora digo que se las ha calzado y se ha puesto en camino, y si
él allá llega, me parece que habré hecho algún servicio a Vuestra Excelencia,
porque es mucha la priesa que de infinitas partes me dan a que le envíe para
quitar el hámago y la náusea que ha causado otro don Quijote que con nombre de
Segunda parte se ha disfrazado y corrido por el orbe. Y el que más ha mostrado
desearle ha sido el grande emperador de la China, pues en lengua chinesca habrá
un mes que me escribió una carta con un propio, pidiéndome o por mejor decir
suplicándome se le enviase, porque quería fundar un colegio donde se leyese la
lengua castellana y quería que el libro que se leyese fuese el de la historia
de don Quijote. Juntamente con esto me decía que fuese yo a ser el rector del tal
colegio. Pregúntele al portador si Su Majestad le había dado para mí alguna
ayuda de costa. Respondióme que ni por pensamiento.
—Pues, hermano —le respondí yo—, vos os podéis volver a
vuestra China a las diez o a las veinte o a las que venís despachado, porque yo
no estoy con salud para ponerme en tan largo viaje; además que, sobre estar
enfermo, estoy muy sin dineros, y, emperador por emperador y monarca por
monarca, en Nápoles tengo al grande conde de Lemos, que, sin tantos titulillos
de colegios ni rectorías, me sustenta, me ampara y hace más merced que la que
yo acierto a desear.
Con esto le despedí y con esto me despido, ofreciendo a
Vuestra Excelencia Los trabajos de PersilesII y Sigismunda, libro a quien daré
fin dentro de cuatro meses, Deo volente, el cual ha de ser o el más malo o el
mejor que en nuestra lengua se haya compuesto, quiero decir de los de
entretenimiento; y digo que me arrepiento de haber dicho el más malo, porque
según la opinión de mis amigos ha de llegar al extremo de bondad posible. Venga
Vuestra Excelencia con la salud que es deseado, que ya estará Persiles para
besarle las manos, y yo los pies, como criado que soy de Vuestra Excelencia. De
Madrid, último de otubre de mil seiscientos y quince.
Criado de Vuestra Excelencia,
En 1617 se edita como obra póstuma el Persiles ya que
Cervantes murió en abril de 1616.
Hay un prólogo al lector que dice así:
PRÓLOGO AL LECTOR
¡Válame Dios, y con cuánta gana debes de estar esperando
ahora, lector ilustre o quier plebeyo, este prólogo, creyendo hallar en él
venganzas, riñas y vituperios del autor del segundo Don Quijote, digo, de aquel
que dicen que se engendró en Tordesillas y nació en Tarragona! Pues en verdad
que no te he de dar este contento, que, puesto que los agravios despiertan la cólera
en los más humildes pechos, en el mío ha de padecer excepción esta regla. Quisieras
tú que lo diera del asno, del mentecato y del atrevido, pero no me pasa por el
pensamiento: castíguele su pecado, con su pan se lo coma y allá se lo haya. Lo
que no he podido dejar de sentir es que me note de viejo y de manco, como si
hubiera sido en mi mano haber detenido el tiempo, que no pasase por mí, o si mi
manquedad hubiera nacido en alguna taberna, sino, en la más alta ocasión que vieron los siglos
pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros. Si mis heridas no
resplandecen en los ojos de quien las mira, son estimadas a lo menos en la
estimación de los que saben dónde se cobraron: que el soldado más bien parece
muerto en la batalla que libre en la fuga, y es esto en mí de manera, que si
ahora me propusieran y facilitaran un imposible, quisiera antes haberme hallado
en aquella facción prodigiosa que sano ahora de mis heridas sin haberme hallado
en ella. Las que el soldado muestra en el rostro y en los pechos, estrellas son
que guían a los demás al cielo de la honra, y al de desear la justa alabanza; y
hase de advertir que no se escribe con las canas, sino con el entendimiento, el
cual suele mejorarse con los años.
He sentido también que me llame invidioso y que como a
ignorante me describa qué cosa sea la invidia10; que, en realidad de verdad, de
dos que hay11, yo no conozco sino a la santa, a la noble y bienintencionada. Y
siendo esto así, como lo es, no tengo yo de perseguir a ningún sacerdote, y más
si tiene por añadidura ser familiar del Santo Oficio; y si él lo dijo por quien
parece que lo dijo, engañóse de todo en todo, que del tal adoro el ingenio,
admiro las obras y la ocupación continua y virtuosa. Pero en efecto le
agradezco a este señor autor el decir que mis novelas son más satíricas que
ejemplares, pero que son buenas; y no lo pudieran ser si no tuvieran de todo.
Paréceme que me dices que ando muy limitado y que me
contengo mucho en los términos de mi modestia, sabiendo que no se ha de añadir aflición
al afligido y que la que debe de tener este señor sin duda es grande, pues no
osa parecer a campo abierto y al cielo claro, encubriendo su nombre, fingiendo
su patria, como si hubiera hecho alguna traición de lesa majestad. Si por
ventura llegares a conocerle, dile de mi parte que no me tengo por agraviado,
que bien sé lo que son tentaciones del demonio, y que una de las mayores es
ponerle a un hombre en el entendimiento que puede componer y imprimir un libro
con que gane tanta fama como dineros y tantos dineros cuanta fama; y para
confirmación desto, quiero que en tu buen donaire y gracia le cuentes este
cuento:
Había en Sevilla un loco que dio en el más gracioso
disparate y tema que dio loco en el mundo, y fue que hizo un cañuto de caña
puntiagudo en el fin, y en cogiendo algún perro en la calle, o en cualquiera
otra parte, con el un pie le cogía el suyo, y el otro le alzaba con la mano, y
como mejor podía le acomodaba el cañuto en la parte que, soplándole, le ponía
redondo como una pelota; y en teniéndolo desta suerte, le daba dos palmaditas
en la barriga y le soltaba, diciendo a los circunstantes, que siempre eran
muchos: «¿Pensarán vuestras mercedes ahora que es poco trabajo hinchar un
perro?». ¿Pensará vuestra merced ahora que es poco trabajo hacer un libro19?
Y si este cuento no le cuadrare, dirásle, lector amigo,
este, que también es de loco y de perro:
Había en Córdoba otro loco, que tenía por costumbre de
traer encima de la cabeza un pedazo de losa de mármol o un canto no muy
liviano, y en topando algún perro descuidado, se le ponía junto y a plomo
dejaba caer sobre él el peso. Amohinábase el perro y, dando ladridos y
aullidos, no paraba en tres calles. Sucedió, pues, que entre los perros que
descargó la carga fue uno un perro de un bonetero, a quien quería mucho su
dueño. Bajó el canto, diole en la cabeza, alzó el grito el molido perro, violo
y sintiólo su amo, asió de una vara de medir y salió al loco y no le dejó hueso
sano; y cada palo que le daba decía: «Perro ladrón, ¿a mi podenco? ¿No viste,
cruel, que era podenco mi perro?». Y repitiéndole el nombre de podenco muchas
veces, envió al loco hecho una alheña. Escarmentó el loco y retiróse, y en más
de un mes no salió a la plaza; al cabo del cual tiempo volvió con su invención
y con más carga. Llegábase donde estaba el perro, y mirándole muy bien de hito
en hito, y sin querer ni atreverse a descargar la piedra, decía: «Este es
podenco: ¡guarda!». En efeto, todos cuantos perros topaba, aunque fuesen alanos
o gozques, decía que eran podencos, y, así, no soltó más el canto. Quizá de
esta suerte le podrá acontecer a este historiador, que no se atreverá a soltar
más la presa de su ingenio en libros que, en siendo malos, son más duros que
las peñas.
Dile también que de la amenaza que me hace que me ha de quitar
la ganancia con su libro, no se me da un ardite, que, acomodándome al entremés
famoso de La perendenga, le respondo que me viva el veinte y cuatro mi señor, y
Cristo con todos. Viva el gran conde de Lemos, cuya cristiandad y liberalidad,
bien conocida, contra todos los golpes de mi corta fortuna me tiene en pie, y
vívame la suma caridad del ilustrísimo de Toledo, don Bernardo de Sandoval y
Rojas, y siquiera no haya emprentas en el mundo, y siquiera se impriman contra
mí más libros que tienen letras las coplas de Mingo Revulgo. Estos dos
príncipes, sin que los solicite adulación mía ni otro género de aplauso, por
sola su bondad, han tomado a su cargo el hacerme merced y favorecerme, en lo
que me tengo por más dichoso y más rico que si la fortuna por camino ordinario
me hubiera puesto en su cumbre. La honra puédela tener el pobre, pero no el
vicioso; la pobreza puede anublar a la nobleza, pero no escurecerla del todo;
pero como la virtud dé alguna luz de sí, aunque sea por los inconvenientes y resquicios
de la estrecheza, viene a ser estimada de los altos y nobles espíritus, y, por
el consiguiente, favorecida.
Y no le digas más, ni yo quiero decirte más a ti, sino
advertirte que consideres que esta segunda parte de Don Quijote que te ofrezco
es cortada del mismo artífice y del mesmo paño que la primera, y que en ella te
doy a don Quijote dilatado, y finalmente muerto y sepultado, porque ninguno se
atreva a levantarle nuevos testimonios, pues bastan los pasados y basta también
que un hombre honrado haya dado noticia destas discretas locuras, sin querer de
nuevo entrarse en ellas: que la abundancia de las cosas, aunque sean buenas,
hace que no se estimen, y la carestía, aun de las malas, se estima en algo.
Olvidábaseme de decirte que esperes el Persiles, que ya estoy acabando, y la
segunda parte de Galatea.
En el entremés de los romances un ignorante labrador pierde
la razón leyendo el romance, y es una de las referencia cuando ser quiere
indicar de donde procede en “ese lugar de la
Mancha de cuyo nombre, no quiero acordarme, parece que Cervantes se
inspiró en ese comienzo, en un labrador rudo que enloquece de leer mucho, y eso
le ocurre a don Quijote.
El tema de la locura está presente en las novelas de
caballería como Amadís de Gaula, El Paladín Oliva, la locura Orlando furioso,
Belianís de Grecia, el Caballero del Febo, etc. son otras fuentes que inspiran
a Cervantes para pensar en un personaje que en algunos momentos actúa como un
loco maravilloso, son las fuentes o influencia, que sin embargo es una ora de
original y muy compleja y perfecta en cuanto a su elección y ejecución, el
término de la locura como elemento para
pensar en un protagonista o personaje que como don Quijote hay momentos en los
que está loco, no es original de Cervantes, pero si es original la forma de
enlazar la novela.
El propósito de Cervantes cuando escribe esa novela, es
poner en conocimiento lo de los hombres, las disparatadas historias de los libros
de caballerías, pues habían tenido tanto éxito en el s.XVI las novelas como Amadís
de Gaula, incluso el emperador era gran lector de las novelas, Santa Teresa, y
Cervantes decide desterrar para siempre estas historias que son sumamente
fantásticas y poco creíbles porque siempre gozan de magos que ayudan, de seres
sobre naturales, que consiguen salvarles en momentos críticos y difíciles, como
esos elementos son excesivamente fantásticos y poco realistas, no le gustan, es
muy difícil que una persona que esté en sola en un peligro consiga hacerse sola
con la victoria.
En la obra aparece en dos momentos en 1605 la primera parte
y en 1615 la segunda parte con diez años de diferencia y es increíble que con
solo diez años de diferencia haya tanta diferencia entre la primera y la
segunda parte, desde el punto de vista de los valores que defiende la primera
parte y los que defiende la segunda.
ESTRUCTURA DE LA OBRA
La primera parte tiene unos ideales muy renacentistas del
s-XVI y la segunda parte que la publica diez años después, ya el desencanto del
Barroco está presente.
PRIMERA Y SEGUNDA PARTES
En la obra aparecen dos momentos y tiene estructura de
viaje, siendo una estructura muy cómoda para cualquier novelista, porque le
permite recorrer muchos lugares, encontrarse con muchos personajes y aumentar o
acortar la historia en función de lo que le parezca, esto se estructura en
torno a tres viajes o salidas.
En la primera parte tiene 52 capítulos y la segunda parte
74. La primera parte tiene dos salidas. En los primero primeros capítulos del
capítulo 1 al 6, es su primera salida y el viaje lo
realiza en torno a su aldea saliendo solo, y al final lo encuentran el cura y
el barbero y lo devuelven a su casa, y en la segunda salida ya va provisto de escudero que es Sancho y
comprende desde el capítulo 7 al 52 y también vuelve vencido.
Cervantes bautizó con nombres muy divertidos a los
personajes del Quijote, como princesa Micomicona, Aldonza Lorenzo, Luscinda,
Cardenio, etc.
Se vuelve porque ha propiciado un escándalo en la venta,
con la asturiana Maritornes que ha ido a entenderse con el arriero y el
Quijote la confunde con una princesa y como en la venta se reúnen unos
personajes para escuchar la novela del Cautivo y otras obras, uno de esos
personajes finge ser la princesa Micomicona y le pide a don Quijote que vuelva
a su aldea para que su reino que está bajo los efectos de un ser perverso y
tiene que desenmascarar al malo y devolver el reino a la princesa Micomicona.
Don Quijote vuelve derrotado a su aldea, porque estos personajes tienen que seguir su camino y no pueden acompañarle y que se vaya y como es un fiel lector y seguidor de las novelas de caballerías y sabe que los caballeros paran por muchas de esas pruebas se deja enjaular y derrotado y vencido regresa a su aldea.
El cura, el barbero y el bachiller Sansón Carrasco sobre
todo van a continuar a lo largo de todo el libro, ven que don Quijote se cura de esa locura pero
pasado un tiempo don Quijote vuelve a salir otra vez en busca de aventuras y se
inicia la SEGUNDA PARTE del Quijote con una tercera salida.
Si en la segunda salida don Quijote iba ido hasta la
Mancha, pues primero estuvo en los territorios alrededor de su aldea, después
fue a un territorio más lejano llegando a la Mancha y más general en la tercera
salida llegó hasta Aragón y Barcelona.
TERCER PARTE
Cuando llegó a Barcelona y vio que estaban luchando en el
puerto unas naves, él quiere participar en esa batalla, pero nadie le hace
caso, porque como es un caballero andante de la Edad Media no puede vencer a
esa batalla naval.
Antes de llegar a Barcelona se encentra con la Banda de
Roque Guinart que eran unos bandoleros catalanes que habían hecho un botín
impresionante y lo reparte quedándose la mitad
Roque y la otra mitad para los
demás y uno de loso bandoleros que ha colaborado mucho dice que no está de acuerdo
con ese reparto y desenvaina la espada produciéndose
una pelea y por es cuando don Quijote ve por primera vez la sangre real, pues a
lo largo de la obra muchas veces aparece la sangre, como en los botos de vino, pero
siempre es sangre ficticia, cuando don Quijote ve la auténtica aventura que es
con Roque Guinart y ve esa sangre real dice Cervantes que don Quijote,
palidece.
Don Quijote es un héroe de caballería andante, pero ante la
auténtica aventura se siente desprotegido y desfallecido.
Esta se extiende hasta Aragón y Cataluña, con lo cual
Cervantes crea una obra que va de lo concreto y lo particular que es su aldea a
una parte general por todo el país.
ESTRUCTURA
Tiene estructura de novela siendo las ventas el lugar de
encuentro de los personajes, donde don Quijote escuchará alguna de las historias,
y será como testigo siendo un personaje no principal, sino que escucha la historia
como la del cautivo, los amores de Cardenio y Luscinda, pues en la venta se van
a producir una serie de acontecimientos que Cervantes los utiliza para describir
la situación y la realidad de la España de la época.
La ventas eran lugares que estaban en el centro de los
caminos donde los viajeros paraban para descansar y se encontraban intercambiando
aventuras.
LAS SALIDAS
Eran en torno a su aldea, la Mancha, Aragón y Cataluña,
yendo de lo particular a lo general y universal.
En la primera parte don Quijote cree en la aventura, piensa
que todo lo que le ocurre es real, hay gigantes, ejércitos, personajes que
luego los encantadores se los transforman y donde había ejércitos hay rebaños
de ovejas, que donde había gigantes hay
molinos, y todo eso es fruto delos encantadores, y todo está lleno de aventuras.
La primera parte está
llena de aventuras y llena de modelos narrativos porque partir de esa primera y segunda partes,
Cervantes habla de novelas con la historia de Cardenio y Luscinda, las Bodas de
Camacho que es novela pastoril, Los Galeotes es novela picaresca, la historia
del Cautivo es una novela bizantina que
se entrelaza en la primera parte del capítulo 30 y el 50, tiene gran
paralelismo con la biografía del autor, sin embargo el cautivo se enamora de Zoraida
que es una joven bellísima mora que abraza el cristianismo, sin embargo Cervantes
no tuvo ese éxito en su relación con su pareja, sin embargo participa en Lepanto,
va a Argel, existiendo un gran paralelismo entre la historia del cautivo y su
vida.
La primera parte es más optimista y renacentista, la segunda
parte ya Don Quijote no cree tanto en la aventura, pero la aventura se la inventan los demás y el
que van a creer en la aventura es Sancho que a través del caballo volador que
es de madera cree ver el universo desde el cielo y en el mundo los seres son
como pintitos y sin embargo don Quijote ya ve la realidad tal como es.
La segunda parte, cuando ve esa aventura con Roque Ginart,
Don Quijote palidece al ver la sangre al ser real, esa parte es más dinámica,
con acontecimientos pero la visión que ofrece Cervantes desde el mundo es una
visión mucho más decadente y pesimista como corresponde al barroco.
ASPECTOS A TENER EN CUENTA
En el libro hay que tener en cuenta los temas: amor
libertad, justicia, honor, etc. son temas que Cervantes siempre tiene
presentes.
La crítica literaria a partir del escrutinio que hace en el
capítulo 7 cuando don Quijote vuelve a su aldea, el cura y el barbero van a llevar
a cabo esa quema de libros de los autores de la época y se salvan sus propias
obras y algunas y algunas de la antigüedad, viéndose la crítica literaria que Cervantes
hace en su propio libro.
MODELOS NARRATIVOS
Novela pastoril, aventura, morisca, picaresca, sentimental,
ya que el Quijote es una novela de novelas, hay novelas entrelazadas en unas predomina
el amor idealizado de Marcela y Grisóstomo, o la novela picaresca con los
Galeotes.
PERSONAJES
Los dos más importantes son Don Quijote y Sancho que son la
expresión de la dualidad del alma
humana, realista e idealista, una simbiosis ya que el ser humano necesita creer
en la utopía y que es posible otro mundo más justo y más libre que sería la
idea del Quijote, frente a Sancho que considera que hay que vivir, dormir,
comer, beber, y ese es el mundo y que no se puede dejar de trabajar simplemente
por seguir a la caballería andante aunque a don Quijote lo presenta como un
hidalgo que tenía tierras, mozo que aparejaba el caballo una dueña que le
cuidaba la casa, era un señor con una cierta condición de vida.
Otros personajes que aparecen:
El cura del pueblo, Pedro Pérez. Licenciado en la
Universidad de Sigüenza y amante de los libros de caballerías. (Cap. I).
El ama de llaves, que pasaba de los cuarenta años. (Cap.
I).
La sobrina, Antonia Quijana, que no llegaba a los veinte.
(Cap. I).
Un "mozo de campo y plaza", que frisaba la edad
de nuestro hidalgo con los cincuenta años. (Cap. I).
Maese Nicolás, el barbero del pueblo. (Cap. I).
Un ventero y dos "doncellas" (rameras, que le
dijeron a Don Quijote les servirían de por vida). (Cap. II).
Un labrador, Juan Haldudo, y su criado Andrés (Cap. IV).
Unos mercaderes. (Cap. IV).
Pedro Alonso, labrador vecino, que lo rescata de su primera
aventura y accidente. (Cap. V).
El Sabio Frestón, que le robó los libros y el aposento a
Don Quijote. También, para su desgracia, tornó los "gigantes" en
molinos (Cap. VII).
Sancho sale sin despedirse de su mujer, Juana Panza
(también llamada Teresa), e hijos (Sanchica, una hija nombrada en la obra)
(Cap. VII).
Una señora vizcaína en un carruaje dirigiéndose a Sevilla.
La acompañaban dos frailes de San Benito y varios escuderos (Cap. IX).
Seis cabreros. Antonio, "un mozo de hasta veinte y dos
años, de muy buena gracia" que sabía de música y les cantó un romance
(Cap. XI).
Dos mozos dan cuenta a Don Quijote de la muerte de aquella
"mañana del famoso pastor estudiante llamado Crisóstomo, y se murmura que
ha muerto de amores de aquella endiablada moza de Marcela, la hija de Guillermo
el rico, aquella que se anda en hábito de pastora por esos andurriales".
Los pastores, Pedro, Sarra y Ambrosio explican la desdicha de Grisóstomo (Cap.
XII).
La pastora Marcela, pastora muy hermosa pero altanera.
Seis pastores vestidos de negros y con coronas de
guirnaldas en las cabezas. Dos gentiles hombres a caballo y otros tres mozos de
a pie que se dirigían al entierro de Grisóstomo. Vivaldo y otros pastores
practicaban con Don Quijote, entre otras cosas, sobre las poesías del difunto
Grisóstomo que ellos habían salvado de las llamas (Cap. XIII).
Más de 20" arrieros yangüeses (Cap. XV).
Un ventero, Juan Palomeque el Zurdo, mujer e hija.
La Maritornes, moza asturiana (Cap. XVI y XVII, parte 1ª).
Un arriero y un cuadrillero de la Santa Hermandad (Cap.
XVI).
Hombres "fantasmas", entre ellos Pedro Martínez y
Tenorio Hernández que mantearon a Sancho en la venta (Cap. XVII).
Pastores que cuidaban "dos ejércitos" de ovejas y
carneros (Cap. XVIII).
20 encamisados y 6 enlutados hasta los pies que
trasportaban un féretro. Se dirigían de Baeza a Segovia. Uno de ellos se le
presenta a Don Quijote como el cura Alonso López (Cap. XIX).
Un barbero que llevaba una bacía dorada por
"yelmo" (Cap. XXI).
Unos galeotes y sus guardias. Ginés de Pasamonte, atrevido
ladrón y bellaco (pero en la Segunda Parte convertido en titiritero) (Cap.
XXII).
Cardenio, un desdichado que por mal de amores vagaba
errante por Sierra Morena (Cap. XXIV).
Luscinda por Cecilio Pla
Luscinda, enamorada de Cardenio.
Dorotea por Cecilio Pla
Dorotea, una hermosa joven que se hace pasar por la
princesa Micomicona (Cap. XXIX).
Don Fernando, joven que trata de casarse con Luscinda,
finalmente se queda con Dorotea.
Anselmo (personaje de la novela leída por el cura el
curioso impertinente) un hombre que al dudar que su mujer le es fiel le pide a
su amigo que intente cortejarla (Cap. XXXIII).
Lotario, enamorado de Camila (Cap XXXIII).
Ruy Pérez de Viedma, el cautivo que llega a la venta. (Cap.
XXXVII).
Zoraida o María, la novia del Cautivo. (Cap. XXXVII).
Juan Pérez de Viedma, Hermano del cautivo.(Cap. XLII).
Clara de Viedma, hija de Juan Pérez de Viedma.(Cap. XLII).
Don Luis, enamorado de Clara de Viedma.(Cap. XLIII).
Don quijote APARECE COMO: Don Quijote dela Mancha, Don
Alonso Quijano, El Caballero de la Triste figura, el Caballero de los leones, y
es el protagonista de la novela y constituye un consagrado mito de la literatura
universal y el más universal y profundo de la literatura española.
Cuando empieza a describirse dice:
CAPÍTULO PRIMERO
Que trata de la condición y ejercicio del famoso y valiente
hidalgoI don Quijote de la Mancha1
En un lugar de la Mancha2, de cuyo nombre no quiero
acordarme3, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en
astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor4. Una olla de algo más
vaca que carnero, salpicón las más noches5, duelos y quebrantos los sábados6,
lantejas los viernes7, algún palomino de añadidura los domingos8, consumían las
tres partes de su hacienda.
Esto
ya indica como era el personaje y que vivía y comía bien. Los duelos y
quebrantos es un plato tradicional de la cocina manchega, cuyos ingredientes
principales son huevo revuelto, chorizo y tocino de cerdo entreverado, todo
ello preparado en la sartén.
El resto della concluían sayo de velarte10, calzas de
velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo11, y los días de
entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino12. Tenía en su casa una ama
que pasaba de los cuarenta y una sobrina que no llegaba a los veinte, y
un mozo de campo y plaza que
así ensillaba el rocín como tomaba la podadera13. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta
años14. Era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro15, gran
madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre
de «Quijada», o «Quesada», que en esto hay alguna diferencia en los autores que
deste caso escriben, aunque por conjeturas verisímilesII se deja entender que
se llamaba «Quijana»III, 16. Pero
esto importa poco a nuestro cuento: basta que en la narración dél no se salga
un punto de la verdad.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXX
Esto en cuanto a la etimología del nombre la crítica dice
que puede venir de Quijana, Quijano, Quijada, etc. pero el humos forma parte
del Quijote y Cervantes quiso poner esa nota humorística en el nombre del persona,
porque OTE es un aumentativo con tono humorístico despectivo.
El Quijote son los ideales de amor, libertad, justicia, honor,
que todos en el fondo llevamos dentro, pero que no siempre podemos llevar a la
práctica, como defender la verdad, amor, libertad, justicia, honor por encima
de todo, y el Quijote tiene como meta la defensa de esos valores, que no
siempre lop consigue y muchas veces vuelve derrotado.
Según se va leyendo el libro despierta un gran corazón y
una gran simàtia.
Su historia empieza en la edad crítica de los 50 años y
Cervantes ya está burlando de lso caballeros andantes, pues a esa edad ya era
viejo para hacer eso.
Cervantes empieza a parodiar a los caballeros andantes
jóvenes que son capaces de acometer cualquier tipo de aventuras.
Es una interpretación irónica del mundo caballeresco, que
Cervantes conoció y amó como gran lector había leído esas novela.
En su primera salida estaba solo pero necesitó de una
contra figura que es Sancho y que le enseñaba la realidad tal cual era, pues el
Quijote no se acuerda que tiene que dormir, comer, descansar, etc.
Esta pareja crea una doble corriente de influencias entre
Sancho y don Quijote que perfecciona y humaniza a estas dos figuras, encarnando
ese idealismo desenfrenado de don Quijote con el realismo extremo lleno de simpatía
y agudeza de Sancho, que cuando tiene hambre ve una venta y dice vamos a
descansar y comer y el Quijote ve un
Castillo.
En una ocasión en una venta cuando estaba comiendo unas
bellotas, hace un discurso magnifico, cuando esta con los soldados en la venta,
diserta sobre que profesión es mejor si la de soldado o la de estudiante.
A los soldados solo se les puede premiar a dos o tres, pero
a los estudiantes a más, pues no hay problema y si en el ejército mandan todos
no puede ser, y es solo he en la venta que no es el lugar más adecuado rodeado
de artesanos, cabreros, arrieros, etc..
En las dos Españas del XVI la de Carlos V más afianzado
hacia Europa y Juan de Austria el héroe de Lepanto y contraponiendo a esa
España optimista renacentista hegemónica del s-XVI, la de la burocracia más
drástica e ideológica tridentina de Felipe II que desembocaría en el desengaño
y la decadencia del s-XVII.
Se disfruta presentando a don Quijote tanto en episodios
triunfales como en la victoria sobre Sansón Carrasco que es un personaje que es
el bachiller que le va acompañar a lo largo de toda la historia, e irá
recibiendo distintos nombres, y al final de la novela aparecerá como el
Caballero de la Blanca Luna, Sansón Carrasco quiere que vuelva a su aldea y
aunque don Quijote está mucho más cuerdo, pero todavía los resortes dela
caballería funcionan y Sansón Carrasco disfrazado bajo el nombre del caballero
de la Blanca Luna le dice que su enamorada es muchísimo más bella que Dulcinera del Toboso y si cree que no es cierto que tiene que luchar para
defender la belleza de Dulcinera del Toboso, don Quijote ya es mayor pues en la
obra empieza con 50 Años y ya han pasado 10 años y en ese tercer viaje ya está
agotado y al ser derrotado don Quijote vuelve a su aldea porque el Bachiller
Sansón Carrasco disfrazado del Caballero de la Blanca Luna le impondrá como
castigo que vuelva, y como buen caballero andante cumple la orden y vuelve a su
aldea.
En otra ocasión el Bachiller Sansón Carrasco es el
Caballero de los Espejos y don Quijote sale victorioso de ese lance, pero
generalmente fracasa en muchas de sus empresas.
En la segunda parte se observa una evolución hacía la
cordura de don Quijote alentada por la fantasía, y los episodios cuando están en
compañía de los duques, ellos conocen que don Quijote ha enloquecido por las
novelas de caballería y le crean la aventura, pues para ellos es fácil hacer
que Sancho sea gobernador de una ínsula porque poseen territorios y tienen que
cruzar el río Ebro y para Sancho que es de una zona muy seca como la Mancha
pues el Ebro le debe parecer una inmensidad y pasa al otro lado y cree que ha
llegado a la ínsula de Barataria, y durante un tiempo ejercerá como Gobernador
de una ínsula.
Vencido el protagonista en Barcelona, ya don Antonio
que es el que está al frente de la Armada cuando llega don Quijote diciendo que
va a defender, pues no le hace caso, ya que lo que allí sucede es una aventura
real, pues están siendo atacados por piratas y no pueden dejar que don Quijote entre en
escaramuza porque lo único que haría sería complicarles la contienda.
La novela termina con el dolor de la peor derrota que
sufre el caballero andante y su angustioso regreso a su aldea recobrando la
razón en su lecho de muerte.
Donde muere don Quijote no es como un caballero
andante, al ser su propia cama, que tendría que haber muerto en una batalla, y
no haciendo testamento, pero Cervantes lo hace para que nadie pueda resucitar
al Quijote y hacer cuarta o quinta salidas.
Sancho que es el otro protagonista, es el personaje
fiel escudero y amigo de don Quijote que complementa al personaje, constituye
el contraste en la más poderosa técnica del paralelismo, don Quijote es el
idealista y Sancho es el realista, es el escudero del loco caballero andante,
un pueblerino lleno de fe y de astucia, bondad, ambición, ingenio y de sentido
común.
Los valores que encarna Sancho son esa sabiduría
popular y sencilla y ambiciona ser gobernador de una ínsula, quiere progresar,
prosperar, pero también es muy astuto tiene una colección de refranes que es la
síntesis de la sabiduría popular y mucho sentido común.
En la España caballeresca del s-XVI hay dios tipos de
hombres, los que se lanzan a batallear en Europa y América que combatían por una
idea, y los que simplemente buscaban un acomodo o un pequeño lucro para poder sobrevivir
que era el prototipo de Sancho, que encarna esta segunda forma de ambición y
muestra la inutilidad e su gobierno en la ínsula de la que Cervantes hace una
crítica demoledora al poder.
Cervantes dice que es muy difícil ser un gobernante
justo y es muy difícil ser honrado, siendo durísimo a través sobre todo de una
serie de consejos que le da don Quijote a Sancho, en uno de ellos le dice:
Sí algún familiar viniere a verte Sancho desprecialo
haciendo ver que eres de una condición humilde, porque eso te lo criticaran. Si
enviudares y ojalá no enviudares no te cases con una mujer que te sirva de
anzuelo para que otros sepan antes que tú las decisiones que vayas a tomar. Un
gobernador ha de tener siempre una mujer que sepa guardar sus planes y sus
silencios, igual que le dice ha de comer
poco, no ha de beber casi nada porque le beber puede hacer que diga las cosas
que no quiere decir y que no coma ni ajos ni cebollas, ya que es un alimento que
comían los pobres con asiduidad y que tiene que ir siempre bien vestido, con buena
apariencia y Sancho piensa que el gobierno que pensaba que era para poder hacer
lo que quisiera, ya no era tan bonito.
Hay que resaltar el lenguaje popular de Sancho
especialmente, sus proverbios, refranes diciéndolos con suma gracia, aunque no
le gusta a don Quijote, tiene una profunda visión popular del mundo tan adecuado
a un hombre sin letras, es el lado más llamativo del personaje de Sancho.
Estos dos personajes son los fundamentales siendo la
dualidad de la necesidad que veía Cervantes del alma humana, por un lado un utópico,
loco, idealista, porque todos tenemos que pensar que un mundo mejor es posible, pero al mismo
tiempo, con los pies en el suelo como Sancho pensando que hay que satisfacer
las necesidades el cuerpo, y ser prácticos, no se puede ir en busca dela
aventura y olvidarnos de las cosas fundamentales.
Junto a estos dos personajes importantes aparecen
otros como Dulcinea del Toboso, que solo existe en la mente de don Quijote y es
el nombre literario de la dama de los pensamientos del hidalgo en la novela y es el símbolo mítico literario de una mujer ideal tal como la pinta el poeta o el enamorado,
bellísima, inteligente, que efectivamente luego en la realidad y el prototipo de
Dulcinea que aparece en la novela es una rustica aldeana, Aldonza Lorenzo, pero
que el joven o la joven que está enamorada vea
a su amor, lo ve así perfecto.
Cuando se habla de los nombres Dulcinea del Toboso, está
formado a partir de una eufonía que
es un procedimiento eufónico, que es un recurso literario, Dulcinea es como una
expresión de la dulzura del personaje y sin embargo con sonidos todos armónicos
y Aldonza Lorenzo es también fruto de un fenómeno literario que es la cacofonía que significa que cuesta
pronunciar, pues las “L” y “Z” es la
contrapartida de ese personaje idealizado en la
mente de don Quijote que es una rústica aldeana, a través de la obra se
ve como Dulcinea es el sueño de don Quijote y es un modelo ideal.
A través de la obsesión del desencanto de las dos figuras
nacen las dos figuras la ideal y la perfecta Dulcinea y la dolorosa
desencantada símbolo de choque entre la perfección soñada y la realidad, cuando
don quijote ve a Aldonza Lorenzo dice que los encantadores se la han transformado.
Hay un momento en el que don Quijote envía a Sancho a
llevar una carta a Dulcinea y es una parodia de las cartas que los caballeros
andantes envían a sus damas, se lo dice pero no le da la carta, y se encuentra
con el cura y el barbero y le dicen que a donde va y le dice que a entregar una
carta, y le preguntan que qué dice esa carta, y entonces Sancho trata de
reproducir de forma tosca la carta, pero es un contra sentido la carta de
Sancho.
La carta de don Quijote que es parodia de las cartas de los
caballeros, también otro rasgo de don Quijote es la variedad de estilos que tiene, desde el
estilo culto, popular, coloquial, vulgar y aquí es el estilo del andante
caballero y escribe, con muchos arcaísmos al estar imitando las cartas del
s-XV, por lo que usa “F”
Usa amada porque la ama y enemiga porque ella no le hace
caso.
“Soberana y alta señora:
El ferido de punta de ausencia y el llagado de las telas
del corazón, dulcísima Dulcinea del Toboso, te envía la salud que él no tiene.
Si tu fermosura me desprecia, si tu valor no es en mi pro, si tus desdenes son
en mi afincamiento, maguer que yo sea asaz de sufrido, mal podré sostenerme en
esta cuita, que, además de ser fuerte, es muy duradera. Mi buen escudero Sancho
te dará entera relación, ¡oh bella ingrata, amada enemiga mía!, del modo que
por tu causa quedo: si gustares de acorrerme, tuyo soy; y si no, haz lo que te
viniere en gusto, que con acabar mi vida habré satisfecho a tu crueldad y a mi
deseo. Tuyo hasta la muerte,
El Caballero de la Triste Figura”
Cuando el barbero se encuentra con Sancho le pregunta por
la carta, y le dice:
“Paróse Sancho Panza a rascarXXXIV la cabeza para traer a
la memoria la carta, y ya se ponía sobre un pie y ya sobre otro, unas veces
miraba al suelo, otras al cielo, y al caboXXXV de haberse roído la mitad de la
yema de un dedo, teniendo suspensos a los que esperaban que ya la dijese, dijo
al cabo de grandísimoXXXVI rato:
—Por Dios, señor licenciado, que losXXXVII diablos lleven
la cosa que de la carta se me acuerda, aunque en el principio decía: «Alta y
sobajada señora»33.
—No diríaXXXVIII —dijo el barbero— sobajada, sino
sobrehumana o soberana señora.
—Así es —dijo Sancho—. Luego, si mal no me acuerdo,
proseguíaXXXIX, si mal no me acuerdo: «el llegoXL y falto de sueño34, y el
ferido besa a vuestra merced las manos, ingrata y muy desconocida hermosa», y
no sé qué decía de salud y de enfermedad que le enviaba, y por aquí iba
escurriendo35, hasta que acababa en «Vuestro hasta la muerte, el Caballero de
la Triste Figura».”
Siendo una distorsión toral, en al epístolas amatorias que
tiene lugar.
Otros personajes, el cura del pueblo de don Quijote que es
licenciado se llama Pedro Pérez, el ama de llaves que pasa de los 40, el mozo,
la sobrina Antonia Quijana que no llegaba a los 20 que se casará con el
Bachiller Sansón Carrasco, seis cabreros, etc.
Las novelas de caballerías tiene un ese estilo muy culto y
elaborado, casi incomprensible dice así;
“La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal
manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura. Y
también cuando leía: ... los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente
con las estrellas os fortifican, y os hacen merecedora del merecimiento que
merece la vuestra grandeza.”
Aquí Cervantes está parodiando un estilo muy pomposo de dos
enamorados, los caballeros andantes enamorados que se dicen lindezas, pero que al final entre ellos se entienden,
pero fuera de ese lenguaje muy hiperbólico donde el joven pone a la joven por
las nubes y viceversa, y desde fuera al escucharlo se piensa que tontunas.
En otro momento Cervantes recrea es estilo de la épica
clásica homérica, y de Virgilio y Don Quijote sale muy temprano en su primera
salida, al amanecer, y en la épica tanto homérica, como de Virgilio el estilo
es muy cuidadoso con figuras literarias en donde el sol es Apolo, y eso mismo
es lo que hace don Quijote.
Primera salida de don Quijote dice:
“Yendo, pues, caminando nuestro flamante aventurero, iba
hablando consigo mesmo y diciendo:
—¿Quién duda sino que en los venideros tiempos, cuando
salga a luz la verdadera historia de mis famosos hechos, que el sabio que los
escribiere no ponga, cuando llegue a contar esta mi primera salida tan de
mañana, desta manera?18: «Apenas
había el rubicundo Apolo tendido por la faz de la ancha y espaciosa
tierra las doradas hebras de sus
hermosos cabellos19, y apenas los pequeños y pintados pajarillos con sus harpadas lenguas20 habían
saludado con dulce y meliflua armonía
la venida de la rosada aurora, que, dejando la blanda cama del celoso
marido, por las puertas y balcones del manchego horizonte a los mortales se
mostraba21, cuando el famoso caballero don Quijote de la Mancha, dejando las ociosas plumas22, subió sobre su
famoso caballo Rocinante y comenzó a caminar por el antiguo y conocido campo de
Montiel»”
En este párrafo está describiendo la salida del amanecer,
la salida del sol, rosada aurora, el amanecer rojizo, plumas colchón. Estilo
muy culto y elaborado.
ESTILOS
Estilo arcaizante en la carta de dulcinea, estilo muy culto
de este párrafo del amanecer, literario, llano, sencillo, variedad de
registros, vulgar, figuras retóricas.
EJEMPLO REFRANES
Al buen entendedor pocas palabras.
Al buen pagador no le duelen prendas.
Al dejar este mundo y meternos la tierra adentro, por tan
estrecha senda va el príncipe como el jornalero.
Al hijo de tu vecino límpiale las narices y mételo en tu
casa.
Allá van reyes, do quieren leyes.
Aventuras y desventuras nunca comienzan por poco.
Cada oveja con su pareja.
Cada uno es artífice de su ventura.
Cuando a Roma fueres, haz como vieres.
Cuando te dieren la vaquilla corre con la soguilla.
Cuando viene el bien mételo en tu casa.
Cuidado ajenos matan al asno.
Dádivas quebrantan peñas.
De noche todos los gatos son pardos.
Del dicho al hecho hay un gran trecho.
Del hombre arraigado no te verás vengado.
A Dios rezando y con el mazo dando.
Muchos son los llamados y pocos los elegidos.
El hombre propone y Dios dispone.
Pagan justos por pecadores.
El muerto al hoyo y el vivo al boyo.
Más sabe el necio en su casa, que el cuerdo en la ajena.
INTERPRETACIÓN
En cuanto a interpretación la obra se ha visto como una
sátira, crítica durísima e la época de la sociedad en la que vive Cervantes,
ofreciendo una cosmovisión del mundo, suponiendo una contraposición de
interpretaciones muy diferentes, y no se analiza, en la sociedad desde un único
punto de vista, sino que ofrece un abanico amplísimo, es de un gran realismo.
No se sabe sí el protagonista, está enfermo, es un loco o
es un loco maravilloso que es a lo que apunta la crítica.
Ortega Y Gasset en meditaciones del Quijote se centra en analizar este personaje, siendo los molinos un símbolo de eterno esfuerzo de la cultura por dar seguridad y claridad al hombre en medio de su estado existencial en que se puede encontrar, y tratar de encontrar explicación a una serie de preguntas difícil de encontrar, desde Cervantes a nuestros días y que el hombre se hace, de dónde venimos, quienes somos y a dónde vamos, y que se quedan sin respuesta esas dudas existenciales.
El Caballero andante debe conocer todas la ciencias, y de
hecho don Quijote conoce leyes, filosofía, astronomía, matemáticas, medicina,
física, nutrición por lo que dice que todo se fragua en la oficina del
estómago, y el trabajo no se puede realizar sin el gobierno de las tripas, y
usa la máxima PRIMUN VIVERE, DEINDE FILOSSOPHARE, el Caballero andante debe ser
honesto de palabra, liberal de obras, valiente de hechos, sufrido, caritativo,
saber herrar un caballo, etc.
Hay metaliteratura en el libro, ya que el libro está dentro
del mismo libro y se valora desde los personaje.
Le pregunta de que aventuras se habla más y dice:
Capitulo
III. Segunda Parte.
Hízole levantar don Quijote y dijo:
—Desa manera, ¿verdad es que hay historia mía y que fue
moro y sabio el que la compuso 14?
—Es tan verdad, señor —dijo Sansón—, que tengo para mí que
el día de hoy están impresos más de doce mil libros de la tal IV historia: si
no, dígalo Portugal, Barcelona y Valencia, donde se han impreso, y aun hay fama
que se está imprimiendo en Amberes; y a mí se me trasluce que no ha de haber
nación ni lengua donde no se traduzga 15.
—Una de las cosas —dijo a esta sazón don Quijote— que más
debe de dar contento a un hombre virtuoso y eminente es verse, viviendo 16,
andar con buen nombre por las lenguas de las gentes, impreso y en estampa. Dije
con buen nombre, porque, siendo al contrario, ninguna muerte se le igualará V.
—Si por buena fama y si por buen nombre va —dijo el
bachiller—, solo vuestra merced lleva la palma a todos los caballeros andantes 17;
porque el moro en su lengua y el cristiano en la suya tuvieron cuidado de
pintarnos muy al vivo la gallardía de vuestra merced 18, el ánimo grande en
acometer los peligros, la paciencia en las adversidades y el sufrimiento así en
las desgracias como en las heridas, la honestidad y continencia en los amores
tan platónicos de vuestra merced y de mi señora doña Dulcinea del Toboso 19.
—Nunca —dijo a este punto Sancho Panza— he oído llamar con
don a mi Señora Dulcinea, sino solamente «la señora Dulcinea del Toboso», y ya
en esto anda errada la historia 20.
—No es objeción de importancia esa —respondió Carrasco.
—No, por cierto —respondió don Quijote—, pero dígame
vuestra merced, señor bachiller: ¿qué hazañas mías son las que más se ponderan
en esa historia?
—En eso —respondió el bachiller— hay diferentes opiniones,
como hay diferentes gustos: unos se atienen a la aventura de los molinos de
viento, que a vuestra merced le parecieron Briareos y gigantes 21; otros, a la
de los batanes; este, a la descripción de los dos ejércitos, que después
parecieron ser dos manadas de carneros; aquel encarece la del muerto que llevaban
a enterrar a Segovia; uno dice que a todas se aventaja la de la libertad de los
galeotes; otro, que ninguna iguala a la de los dos gigantes benitos, con la
pendencia del valeroso vizcaíno. (decían que podía ser san Juan de la Cruz)
—Dígame, señor bachiller —dijo a esta sazón Sancho—: ¿entra
ahí la aventura de los yangüeses 22, cuando a nuestro buen Rocinante se le
antojó pedir cotufas en el golfo 23?
INFLUENCIA EN LA LITERATURA UNIVERSAL
Imitado por Roger, Twain, Flaubert, Dickens, Dostoyevski, Faulkner,
Carpentier, Borges, Vargas Llosa, Azorín,
Unamuno, Ortega y Gasset, etc., con un valor intemporal universal.
cont....
25 de marzo 2019
CONSEJOS QUE DA DON QUIJOTE A SANCHO
Estos consejos se los dio don Quijote a Sancho antes de que
fuera gobernador de la ínsula, en la
casa de los duques, donde consiguen creer en la idea y hacer ver que lo
puede hacer.
“ CON EL FELICE y gracioso suceso de la aventura de la
Dolorida, quedaron tan contentos los duques, que determinaron pasar con las
burlas adelante, viendo el acomodado sujeto que tenían para que se tuviesen por
veras; y así, habiendo dado la traza y órdenes que sus criados y sus vasallos
habían de guardar con Sancho en el gobierno de la ínsula prometida, otro día,
que fue el que sucedió al vuelo de Clavileño, dijo el duque a Sancho que se
adeliñase y compusiese para ir a ser gobernador, que ya sus insulanos le
estaban esperando como el agua de mayo. Sancho se le humilló y le dijo:
*Le hicieron volar en un caballo de madera y desde el cielo
veía a los hombres como avellanas.
-Después que bajé del cielo, y después que desde su alta
cumbre miré la tierra y la vi tan pequeña, se templó en parte en mí la gana que
tenía tan grande de ser gobernador; porque, ¿qué grandeza es mandar en un grano
de mostaza, o qué dignidad o imperio el gobernar a media docena de hombres
tamaños como avellanas, que, a mi parecer, no había más en toda la tierra? Si
vuestra señoría fuese servido de darme una tantica parte del cielo, aunque no
fuese más de media legua, la tomaría de mejor gana que la mayor ínsula del
mundo.
-Mirad, amigo Sancho -respondió el duque-: yo no puedo dar
parte del cielo a nadie, aunque no sea mayor que una uña, que a solo Dios están
reservadas esas mercedes y gracias. Lo que puedo dar os doy, que es una ínsula
hecha y derecha, redonda y bien proporcionada, y sobremanera fértil y abundosa,
donde si vos os sabéis dar maña, podéis con las riquezas de la tierra granjear
las del cielo.
*al cruzar el Ebro en barco Sancho cree que ha llegado a
una ínsula.
-Ahora bien -respondió Sancho-, venga esa ínsula, que yo
pugnaré por ser tal gobernador que, a pesar de bellacos, me vaya al cielo; y
esto no es por codicia que yo tenga de salir de mis casillas ni de levantarme a
mayores, sino por el deseo que tengo de probar a qué sabe el ser gobernador.
*Los consejos son de una sagacidad tremenda por parte de
don Quijote, y le habla del poder.
-Si una vez lo probáis, Sancho -dijo el duque-, comeros
heis las manos tras el gobierno, por ser dulcísima cosa el mandar y ser
obedecido. A buen seguro que cuando vuestro dueño llegue a ser emperador, que
lo será sin duda, según van encaminadas sus cosas, que no se lo arranquen
comoquiera, y que le duela y le pese en la mitad del alma del tiempo que
hubiere dejado de serlo.
-Señor -replicó Sancho-, yo imagino que es bueno mandar,
aunque sea a un hato de ganado.
-Con vos me entierren, Sancho, que sabéis de todo
-respondió el duque-, y yo espero que seréis tal gobernador como vuestro juicio
promete, y quédese esto aquí y advertid que mañana en ese mesmo día habéis de
ir al gobierno de la ínsula, y esta tarde os acomodarán del traje conveniente
que habéis de llevar y de todas las cosas necesarias a vuestra partida.
-Vístanme -dijo Sancho- como quisieren, que de cualquier manera
que vaya vestido seré Sancho Panza.
*el hábito no hace al monje.
-Así es verdad -dijo el duque-, pero los trajes se han de
acomodar con el oficio o dignidad que se profesa, que no sería bien que un
jurisperito se vistiese como soldado, ni un soldado como un sacerdote. Vos,
Sancho, iréis vestido parte de letrado y parte de capitán, porque en la ínsula
que os doy tanto son menester las armas como las letras, y las letras como las
armas.
-Letras -respondió Sancho-, pocas tengo, porque aún no sé
el A, B, C; pero bástame tener el Christus en la memoria para ser buen
gobernador. De las armas manejaré las que me dieren, hasta caer, y Dios
delante.
-Con tan buena memoria -dijo el duque-, no podrá Sancho
errar en nada.
En esto llegó don Quijote, y, sabiendo lo que pasaba y la
celeridad con que Sancho se había de partir a su gobierno, con licencia del
duque le tomó por la mano y se fue con él a su estancia, con intención de
aconsejarle cómo se había de haber en su oficio.
Entrados, pues, en su aposento, cerró tras sí la puerta, y
hizo casi por fuerza que Sancho se sentase junto a él, y con reposada voz le
dijo:
-Infinitas gracias doy al cielo, Sancho amigo, de que,
antes y primero que yo haya encontrado con alguna buena dicha, te haya salido a
ti a recebir y a encontrar la buena ventura. Yo, que en mi buena suerte te
tenía librada la paga de tus servicios, me veo en los principios de
aventajarme, y tú, antes de tiempo, contra la ley del razonable discurso, te
vees premiado de tus deseos.
*Cervantes hace una reflexión sobre como se puede llegar al
poder no por méritos sino por estar en el momento oportuno en el sitio
oportuno.
Otros cohechan, importunan, solicitan, madrugan, ruegan,
porfían, y no alcanzan lo que pretenden; y llega otro, y sin saber cómo ni cómo
no, se halla con el cargo y oficio que otros muchos pretendieron; y aquí entra
y encaja bien el decir que hay buena y mala fortuna en las pretensiones.
Tú, que para mí, sin duda alguna, eres un porro, sin
madrugar ni trasnochar y sin hacer diligencia alguna, con solo el aliento que
te ha tocado de la andante caballería, sin más ni más te
vees gobernador de una ínsula, como quien no dice nada. Todo esto digo, ¡oh
Sancho!, para que no atribuyas a tus merecimientos la merced recebida, sino que
des gracias al cielo, que dispone suavemente las cosas, y después las darás a
la grandeza que en sí encierra la profesión de la caballería andante.
Dispuesto, pues, el corazón a creer lo que te he dicho,
está, ¡oh hijo!, atento a este tu Catón, que quiere aconsejarte y ser norte y
guía que te encamine y saque a seguro puerto deste mar proceloso donde vas a
engolfarte; que los oficios y grandes cargos no son otra cosa sino un golfo
profundo de confusiones. Primeramente, ¡oh hijo!, has de temer a Dios, porque
en el temerle está la sabiduría, y siendo sabio no podrás errar en nada. Lo
segundo, has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que
es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no
hincharte como la rana que quiso igualarse con el buey, que si esto haces,
vendrá a ser feos pies de la rueda de tu locura la consideración de haber
guardado puercos en tu tierra.
-Así es la verdad -respondió Sancho-, pero fue cuando
muchacho; pero después, algo hombrecillo, gansos fueron los que guardé, que no
puercos; pero esto paréceme a mí que no hace al caso, que no todos los que
gobiernan vienen de casta de reyes.
-Así es verdad -replicó don Quijote-, por lo cual los no de
principios nobles deben acompañar la gravedad del cargo que ejercitan con una
blanda suavidad que, guiada por la prudencia, los libre de la murmuración
maliciosa, de quien no hay estado que se escape. Haz gala, Sancho, de la
humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores;
porque, viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte; y
préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio. *no te corres, no te
acergüenzas.
Inumerables son
aquellos que, de baja estirpe nacidos, han subido a la suma dignidad pontificia
e imperatoria; y desta verdad te pudiera traer tantos ejemplos, que te
cansaran. Mira, Sancho: si tomas por medio a la virtud, y te precias de hacer
hechos virtuosos, no hay para qué tener envidia a los que los tienen [de]
príncipes y señores, porque la sangre se hereda y la virtud se aquista, y la
virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale. Siendo esto así, como lo es,
que si acaso viniere a verte cuando estés en tu ínsula alguno de tus parientes,
no le deseches ni le afrentes; antes le has de acoger, agasajar y regalar, que
con esto satisfarás al cielo, que gusta que nadie se desprecie de lo que él
hizo, y corresponderás a lo que debes a la naturaleza bien concertada.
Si trujeres a tu mujer contigo
(porque no es bien que los que asisten a gobiernos de mucho tiempo estén sin
las propias), enséñala, doctrínala y desbástala de su natural rudeza, porque
todo lo que suele adquirir un gobernador discreto suele perder y derramar una
mujer rústica y tonta. Si acaso enviudares, cosa que puede suceder, y con el
cargo mejorares de consorte, no la tomes tal, que te sirva de anzuelo y de caña
de pescar, y del no quiero de tu capilla, porque en verdad te digo que de todo
aquello que la mujer del juez recibiere ha de dar cuenta el marido en la
residencia universal, donde pagará con el cuatro tanto en la muerte las
partidas de que no se hubiere hecho cargo en la vida. Nunca te guíes por la ley
del encaje, que suele tener mucha cabida con los ignorantes que presumen de
agudos. *trujeres = arcaismo
Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no
más justicia, que las informaciones del rico. Procura descubrir la verdad por
entre las promesas y dádivas del rico, como por entre los sollozos e importunidades
del pobre.
Cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues
todo el rigor de la ley al delincuente, que no es mejor la fama del juez
riguroso que la del compasivo. Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea
con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia. Cuando te sucediere
juzgar algún pleito de algún tu enemigo, aparta las mientes de tu injuria y
ponlas en la verdad del caso. No te ciegue la pasión propia en la causa ajena,
que los yerros que en ella hicieres, las más veces, serán sin remedio; y si le
tuvieren, será a costa de tu crédito, y aun de tu hacienda.
Si alguna mujer hermosa veniere a pedirte justicia, quita
los ojos de sus lágrimas y tus oídos de sus gemidos, y considera de espacio la
sustancia de lo que pide, si no quieres que se anegue tu razón en su llanto y
tu bondad en sus suspiros. Al que has de castigar con obras no trates mal con
palabras, pues le basta al desdichado la pena del suplicio, sin la añadidura de
las malas razones.
*a
veces cuando se habla de la educación y la diferencia que como educa un padre o
madre, el padre suele ser castigar de obras y la madre castiga de palabras y amenaza
que castigará de obras.
Al culpado que cayere debajo de tu juridición considérale
hombre miserable, sujeto a las condiciones de la depravada naturaleza nuestra,
y en todo cuanto fuere de tu parte, sin hacer agravio a la contraria,
muéstratele piadoso y clemente, porque, aunque los atributos de Dios todos son
iguales, más resplandece y campea a nuestro ver el de la misericordia que el de
la justicia. Si estos preceptos y estas reglas sigues, Sancho, serán luengos
tus días, tu fama será eterna, tus premios colmados, tu felicidad indecible, casarás
tus hijos como quisieres, títulos tendrán ellos y tus nietos, vivirás en paz y
beneplácito de las gentes, y en los últimos pasos de la vida te alcanzará el de
la muerte, en vejez suave y madura, y cerrarán tus ojos las tiernas y delicadas
manos de tus terceros netezuelos. Esto que hasta aquí te he dicho son
documentos que han de adornar tu alma; escucha ahora los que han de servir para
adorno del cuerpo.
DON QUIJOTE LE ACONSEJA A SANCHO COMO DEBE IR VESTIDO.
En el siguiente texto hace referencia a la forma en que
debe ir vestido.
“Atentísimamente le escuchaba Sancho, y procuraba conservar
en la memoria sus consejos, como quien pensaba guardarlos y salir por ellos a
buen parto de la preñez de su gobierno. Prosiguió, pues, don Quijote, y dijo:
-En lo que toca a cómo has de gobernar tu persona y casa,
Sancho, lo primero que te encargo es que seas limpio, y que te cortes las uñas,
sin dejarlas crecer, como algunos hacen, a quien su ignorancia les ha dado a
entender que las uñas largas les hermosean las manos, como si aquel escremento
y añadidura que se dejan de cortar fuese uña, siendo antes garras de cernícalo
lagartijero: puerco y extraordinario abuso. No andes, Sancho, desceñido y
flojo, que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmazalado, si ya la
descompostura y flojedad no cae debajo de socarronería, como se juzgó en la de
Julio César.
Toma con discreción el pulso a lo que pudiere valer tu oficio,
y si sufriere que des librea a tus criados, dásela honesta y provechosa más que
vistosa y bizarra, y repártela entre tus criados y los pobres: quiero decir que
si has de vestir seis pajes, viste tres y otros tres pobres, y así tendrás pajes
para el cielo y para el suelo; y este nuevo modo de dar librea no la alcanzan
los vanagloriosos. No comas ajos ni cebollas, porque no saquen por el olor
tu villanería. Anda despacio; habla con reposo, pero no de manera que
parezca que te escuchas a ti mismo, que toda afectación es mala. Come poco y
cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del
estómago. Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado ni guarda
secreto ni cumple palabra. Ten cuenta, Sancho, de no mascar a dos carrillos, ni
de erutar delante de nadie.
-Eso de erutar no entiendo -dijo Sancho.
Y don Quijote le dijo:
-Erutar, Sancho, quiere decir regoldar, y éste es
uno de los más torpes vocablos que tiene la lengua castellana, aunque es muy
sinificativo; y así, la gente curiosa se ha acogido al latín, y al regoldar
dice erutar, y a los regüeldos, erutaciones; y, cuando algunos no entienden
estos términos, importa poco, que el uso los irá introduciendo con el tiempo,
que con facilidad se entiendan; y esto es enriquecer la lengua, sobre quien
tiene poder el vulgo y el uso.
-En verdad, señor -dijo Sancho-, que uno de los consejos y
avisos que pienso llevar en la memoria ha de ser el de no regoldar, porque lo
suelo hacer muy a menudo.
-Erutar, Sancho, que no regoldar -dijo don Quijote.
-Erutar diré de aquí adelante -respondió Sancho-, y a fee
que no se me olvide.
-También, Sancho, no has de mezclar en tus pláticas la
muchedumbre de refranes que sueles; que, puesto que los refranes son sentencias
breves, muchas veces los traes tan por los cabellos, que más parecen disparates
que sentencias.
-Eso Dios lo puede remediar -respondió Sancho-, porque sé
más refranes que un libro, y viénenseme tantos juntos a la boca cuando hablo,
que riñen por salir unos con otros, pero la lengua va arrojando los primeros
que encuentra, aunque no vengan a pelo. Mas yo tendré cuenta de aquí adelante
de decir los que convengan a la gravedad de mi cargo, que en casa llena presto
se guisa la cena, y quien destaja no baraja, y a buen salvo está el que repica,
y el dar y el tener seso ha menester.
-¡Eso sí, Sancho! -dijo don Quijote-: ¡encaja, ensarta,
enhila refranes, que nadie te va a la mano! ¡Castígame mi madre, y yo
trómpogelas! Estoyte diciendo que escuses refranes, y en un instante has echado
aquí una letanía dellos, que así cuadran con lo que vamos tratando como por los
cerros de Úbeda. Mira, Sancho, no te digo yo que parece mal un refrán
traído a propósito, pero cargar y ensartar refranes a troche moche hace la
plática desmayada y baja. Cuando subieres a caballo, no vayas echando el cuerpo
sobre el arzón postrero, ni lleves las piernas tiesas y tiradas y desviadas de
la barriga del caballo, ni tampoco vayas tan flojo que parezca que vas sobre el
rucio: que el andar a caballo a unos hace caballeros; a otros, caballerizos.
Sea moderado tu sueño, que el que no madruga con el sol, no
goza del día; y advierte, ¡oh Sancho!, que la diligencia es madre de la buena
ventura, y la pereza, su contraria, jamás llegó al término que pide un buen
deseo. Este último consejo que ahora darte quiero, puesto que no sirva para
adorno del cuerpo, quiero que le lleves muy en la memoria, que creo que no te
será de menos provecho que los que hasta aquí te he dado; y es que jamás te
pongas a disputar de linajes, a lo menos, comparándolos entre sí, pues, por
fuerza, en los que se comparan uno ha de ser el mejor, y del que abatieres
serás aborrecido, y del que levantares en ninguna manera premiado.
Tu vestido será calza entera, ropilla larga, herreruelo un
poco más largo; greguescos, ni por pienso, que no les están bien ni a los
caballeros ni a los gobernadores. Por ahora, esto se me ha ofrecido, Sancho,
que aconsejarte; andará el tiempo, y, según las ocasiones, así serán mis
documentos, como tú tengas cuidado de avisarme el estado en que te hallares.
-Señor -respondió Sancho-, bien veo que todo cuanto vuestra
merced me ha dicho son cosas buenas, santas y provechosas, pero ¿de qué han de
servir, si de ninguna me acuerdo? Verdad sea que aquello de no dejarme crecer
las uñas y de casarme otra vez, si se ofreciere, no se me pasará del magín, pero
esotros badulaques y enredos y revoltillos, no se me acuerda ni acordará más
dellos que de las nubes de antaño, y así, será menester que se me den por
escrito, que, puesto que no sé leer ni escribir, yo se los daré a mi confesor
para que me los encaje y recapacite cuando fuere menester.
-¡Ah, pecador de mí -respondió don Quijote-, y qué mal
parece en los gobernadores el no saber leer ni escribir!; porque has de saber,
¡oh Sancho!, que no saber un hombre leer, o ser zurdo, arguye una de dos cosas:
o que fue hijo de padres demasiado de humildes y bajos, o él tan travieso y
malo que no pudo entrar en el buen uso ni la buena doctrina. Gran falta es la
que llevas contigo, y así, querría que aprendieses a firmar siquiera.
-Bien sé firmar mi nombre -respondió Sancho-, que cuando
fui prioste en mi lugar, aprendí a hacer unas letras como de marca de fardo,
que decían que decía mi nombre; cuanto más, que fingiré que tengo tullida la
mano derecha, y haré que firme otro por mí; que para todo hay remedio, si no es
para la muerte; y, teniendo yo el mando y el palo, haré lo que quisiere; cuanto
más, que el que tiene el padre alcalde... Y, siendo yo gobernador, que es más
que ser alcalde, ¡llegaos, que la dejan ver! No, sino popen y calóñenme, que
vendrán por lana y volverán trasquilados; y a quien Dios quiere bien, la
casa le sabe; y las necedades del rico por sentencias pasan en el mundo; y,
siéndolo yo, siendo gobernador y juntamente liberal, como lo pienso ser, no
habrá falta que se me parezca. No, sino haceos miel, y paparos han moscas;
tanto vales cuanto tienes, decía una mi agüela, y del hombre arraigado no te
verás vengado.
-¡Oh, maldito seas de Dios, Sancho! -dijo a esta sazón don
Quijote-. ¡Sesenta mil satanases te lleven a ti y a tus refranes! Una hora ha
que los estás ensartando y dándome con cada uno tragos de tormento. Yo te
aseguro que estos refranes te han de llevar un día a la horca; por ellos te han
de quitar el gobierno tus vasallos, o ha de haber entre ellos comunidades.
Dime, ¿dónde los hallas, ignorante, o cómo los aplicas, mentecato, que para
decir yo uno y aplicarle bien, sudo y trabajo como si cavase?
-Por Dios, señor nuestro amo -replicó Sancho-, que vuesa
merced se queja de bien pocas cosas. ¿A qué diablos se pudre de que yo me sirva
de mi hacienda, que ninguna otra tengo, ni otro caudal alguno, sino refranes y
más refranes? Y ahora se me ofrecen cuatro que venían aquí pintiparados, o como
peras en tabaque, pero no los diré, porque al buen callar llaman Sancho.
-Ese Sancho no eres tú -dijo don Quijote-, porque no sólo
no eres buen callar, sino mal hablar y mal porfiar; y, con todo eso, querría
saber qué cuatro refranes te ocurrían ahora a la memoria que venían aquí a
propósito, que yo ando recorriendo la mía, que la tengo buena, y ninguno se me
ofrece.
-¿Qué mejores -dijo Sancho- que «entre dos muelas cordales
nunca pongas tus pulgares», y «a idos de mi casa y qué queréis con mi mujer, no
hay responder», y «si da el cántaro en la piedra o la piedra en el cántaro, mal
para el cántaro», todos los cuales vienen a pelo? Que nadie se tome con su
gobernador ni con el que le manda, porque saldrá lastimado, como el que pone el
dedo entre dos muelas cordales, y aunque no
sean cordales, como sean muelas, no importa; y a lo que dijere el
gobernador no hay que replicar, como al «salíos de mi casa y qué queréis con mi
mujer». Pues lo de la piedra en el cántaro un ciego lo verá. Así que, es
menester que el que vee la mota en el ojo ajeno, vea la viga en el suyo, porque
no se diga por él: «espantóse la muerta de la degollada», y vuestra merced sabe
bien que más sabe el necio en su casa que el cuerdo en la ajena.
-Eso no, Sancho -respondió don Quijote-, que el necio en su
casa ni en la ajena sabe nada, a causa que sobre el aumento de la necedad no
asienta ningún discreto edificio. Y dejemos esto aquí, Sancho, que si mal
gobernares, tuya será la culpa, y mía la vergüenza; mas consuélome que he hecho
lo que debía en aconsejarte con las veras y con la discreción a mí posible: con
esto salgo de mi obligación y de mi promesa. Dios te guíe, Sancho, y te
gobierne en tu gobierno, y a mí me saque del escrúpulo que me queda que has de
dar con toda la ínsula patas arriba, cosa que pudiera yo escusar con descubrir
al duque quién eres, diciéndole que toda esa gordura y esa personilla que
tienes no es otra cosa que un costal lleno de refranes y de malicias.
-Señor -replicó Sancho-, si a vuestra merced le parece que
no soy de pro para este gobierno, desde aquí le suelto, que más quiero un solo
negro de la uña de mi alma que a todo mi cuerpo; y así me sustentaré Sancho a
secas con pan y cebolla, como gobernador con perdices y capones; y más que,
mientras se duerme, todos son iguales, los grandes y los menores, los pobres y
los ricos; y si vuestra merced mira en ello, verá que sólo vuestra merced me ha
puesto en esto de gobernar: que yo no sé más de gobiernos de ínsulas que un
buitre; y si se imagina que por ser gobernador me ha de llevar el diablo, más
me quiero ir Sancho al cielo que gobernador al infierno.
-Por Dios, Sancho -dijo don Quijote-, que, por solas estas
últimas razones que has dicho, juzgo que mereces ser gobernador de mil ínsulas:
buen natural tienes, sin el cual no hay ciencia que valga; encomiéndate a Dios,
y procura no errar en la primera intención; quiero decir que siempre tengas
intento y firme propósito de acertar en cuantos negocios te ocurrieren, porque
siempre favorece el cielo los buenos deseos. Y vámonos a comer, que creo que ya
estos señores nos aguardan.
*El Duque
le promueve una rebelión ara que Sancho.
Sancho tiene que resolver como gobernador, entonces tiene
que ejercer la fuerza y eso no le parece tan bueno ser gobernador, y hacer de
juez y a unos les tien que dar la razón y lo que más le crispa es la rebelión,
pues cuando que reprimir la rebelión y castigar, se da cuenta que no es tan
bueno mandar, y además no puede comer lo que quiere, ni vestirse a gusto, etc.
y renuncia a ser gobernador, y prosiguen su viaje a Barcelona, donde aparece
una batalla real.
Como hay que llevar a don Quijote de vuelta a casa el
Bachiller se disfraza del caballero de la Blanca Luna y le reta con la belleza
de Dulcinea.
En el camino de vuelta a casa cumpliendo con la palabra de
hidalgo, va muy triste y Sancho le dice que a lo mejor lo que hay que hacer es
dedicarse a cuidar rebaños y que don Quijote sea el pastor Quijotiz y Sancho el
pastor Pancín, pero como don Quijote ya había recuperado bastante la lucidez no
hace caso a Sancho.
Llega a su aldea, y a su casa y finalmente son los últimos
días y hace el testamento, muriendo en su lecho que es una manera poco
caballeresca de hacerlo, y dice así:
“Así es —dijo Sansón—, y el buen Sancho Panza está muy en
la verdad destos casos.
—Señores —dijo don Quijote—, vámonos poco a poco, pues ya
en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño28. Yo fui loco y ya soy cuerdo;
fui don Quijote de la Mancha y soy agora, como he dicho, Alonso Quijano el
Bueno. Pueda con vuestras mercedes mi arrepentimiento y mi verdad volverme a la
estimación que de mí se tenía, y prosiga adelante el señor escribano.
»Iten, mando toda mi hacienda, a puerta cerrada29, a
Antonia Quijana mi sobrina30, que está presente, habiendo sacado primero de lo
más bien parado della31 lo que fuere menester para cumplir las mandas que dejo
hechas; y la primera satisfación que se haga quiero que sea pagar el salario
que debo del tiempo que mi ama me ha servido, y más veinte ducados para un
vestido. Dejo por mis albaceas al señor cura y al señor bachiller Sansón
Carrasco, que están presentes.
»Iten, es mi voluntad que si Antonia Quijana mi sobrina
quisiere casarse, se case con hombre de quien primero se haya hecho información
que no sabe qué cosas seanIX libros de caballerías; y en caso que se averiguare
que lo sabe y, con todo eso, mi sobrina quisiere casarse con él y se casare,
pierda todo lo que le he mandado32, lo cual puedan mis albaceas distribuir en
obras pías a su voluntad.
»Iten, suplico a los dichos señores mis albaceas que si la
buena suerte les trujere a conocer al autor que dicen que compuso una historia
que anda por ahí con el título de Segunda parte de las hazañas de don Quijote
de la Mancha (*Avellaneda) 33, de mi parte le pidan, cuan
encarecidamente ser pueda, perdone la ocasión que sin yo pensarlo le di de
haber escrito tantos y tan grandes disparates como en ella escribe, porque
parto desta vida con escrúpulo de haberle dado motivo para escribirlos.
Cerró con esto el testamento y, tomándole un desmayo, se
tendió de largo a largo en la cama34. Alborotáronse todos y acudieron a su
remedio, y en tres días que vivió después deste donde hizo el testamento se
desmayaba muy a menudo. Andaba la casa alborotadaX, pero, con todo, comía la
sobrina, brindaba el ama y se regocijaba Sancho Panza, que esto del heredar algo
borra o templa en el heredero la memoria de la pena que es razón que deje el muerto35.
En fin, llegó el último de don Quijote36, después de
recebidos todos los sacramentos37 y después de haber abominado con muchas y
eficaces razones de los libros de caballerías. Hallóse el escribano presente y
dijo que nunca había leído en ningún libro de caballerías que algún caballero
andante hubiese muerto en su lecho tan sosegadamente38 y tan cristiano como don
Quijote; el cual, entre compasiones y lágrimas de los que allí se hallaron, dio
su espíritu, quiero decir que se murió39.
Viendo lo cual el cura, pidió al escribano le diese porXI
testimonio como Alonso Quijano el Bueno, llamado comúnmente «don Quijote de la
Mancha», había pasado desta presente vida y muerto naturalmente40; y que el tal
testimonio pedía para quitar la ocasión de que algúnXII otro autor que Cide
Hamete Benengeli le resucitase falsamente y hiciese inacabables historias de
sus hazañas.
Este fin tuvo el ingenioso hidalgo de la Mancha41, cuyo
lugar no quiso poner Cide Hamete puntualmente, por dejar que todas las villas y
lugares de la Mancha contendiesen entre sí por ahijársele y tenérsele por suyo,
como contendieron las siete ciudades de Grecia por Homero42.
Déjanse de poner aquí los llantos de Sancho, sobrina y ama
de don Quijote, los nuevos epitafios de su sepultura43, aunque Sansón Carrasco
le puso este:
XIII Yace aquí el hidalgo fuerte
que a tanto estremo llegó
de valiente, que se advierte
que la muerte no triunfó
de su vida con su muerte44.
Tuvo a todo el
mundo en poco,
fue el espantajo y el coco
del mundo, en tal coyuntura,
que acreditó su ventura
morir cuerdo y vivir loco45.
Y el prudentísimo Cide Hamete dijo a su pluma: «Aquí
quedarásXIV colgada desta espetera y deste hilo de alambre46, ni sé si bien
cortada o mal tajada péñola mía47, adonde vivirás luengos siglos, si
presuntuosos y malandrines historiadores no te descuelgan para profanarte. Pero
antes que a ti lleguen, les puedes advertir y decirles en el mejor modo que
pudieres:
—¡Tate, tate, folloncicos!
De ninguno sea tocada,
porque esta empresaXV, buen rey,
para mí estaba guardada48.
Para mí sola nació don Quijote, y yo para él49: él supo
obrar y yo escribir, solos los dos somos para en uno, a despecho y pesar del
escritor fingido y tordesillesco que se atrevió o se ha de atrever a escribir
con pluma de avestruz grosera y mal deliñadaXVI, 50 las hazañas de mi valeroso
caballero, porque no es carga de sus hombros, ni asunto de su resfriado
ingenio51; a quien advertirás, si acaso llegas a conocerle, que deje reposar en
la sepultura los cansados y ya podridos huesos de don Quijote, y no le quiera
llevar, contra todos los fueros de la muerte, a Castilla la Vieja52, haciéndole
salir de la fuesa53 donde real y verdaderamente yace tendido de largo a largo,
imposibilitado de hacer tercera jornada y salida nueva: que para hacer burla de
tantas como hicieron tantos andantes caballeros, bastan las dos que él hizo54
tan a gusto y beneplácito de las gentes a cuya noticia llegaron, así en estos
como en los estraños reinos55. Y con esto cumplirás con tu cristiana profesión,
aconsejando bien a quien mal te quiere, y yo quedaré satisfecho y ufano de
haber sido el primero que gozóXVII el fruto de sus escritos enteramente, como
deseaba, pues no ha sido otro mi deseo que poner en aborrecimiento de los
hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de caballerías56,
que por las de mi verdadero don Quijote van ya tropezando y han de caer del
todo sin duda alguna». Vale57.
FIN
Es un libro lleno de aventuras y extenso, pero es un libro
que hay que leer.