miércoles, 20 de marzo de 2019

LITERATURA MODERNA 06 – RENACIMIENTO ESPAÑOL - El Quijote - Cervantes - guadahumi3


LITERATURA MODERNA 07 –  RENACIMIENTO ESPAÑOL - El Quijote - Cervantes - guadahumi3

La prosa en el s-XVI  - Miguel de Cervantes - Don Quijote – guadahumi3

11 de marzo de 2019

PROSA EN EL S-XVI – EL QUIJOTE

La primera parte se publica en el año 1605, donde se resume el espíritu renacentista del autor, en esta parte es mucho más optimista, más positiva, más idealista.
La segunda parte se publica 10 años después, sin embargo, el desengaño del Barroco, y el desaliento del s-XVII que se caracteriza por la decadencia, el desencanto y el desengaño está ya presente en esta segunda parte de la obra. La segunda parte del Quijote es mucho menos fantástica, menos idealista, el Quijote ya no ve gigantes donde hay molinos de viento, ya ve que el caballo volador no lo es, sino que es una escoba, sin embargo se ha producido una simbiosis entre don Quijote y Sancho y ahora es Sancho el que ve que han llegado a una  ínsula, y el va a ser el gobernador, produciéndose esa adecuación entre los personajes y es tal la simbiosis que don Quijote se va contagiando del realismo de Sancho y don Quijote se contagia del realismo de Sancho.

La crítica ha visto en estos dos personajes que Cervantes lo que pretende es a través de ellos plasmar la dualidad del alma humana y del ser humano que necesita ser idealista, utópico quijotesco, pensando que un mundo mejor siempre es posible, que hay gigantes capaces de derribar cualquier muralla por muy grande que sea y esa es la utopía la lucha por un mundo mejor más  justo, libre y solidario eso sería el espíritu del Cervantes dela primera parte, que es joven y cree que otro mundo es posible.

A medida que Cervantes va viviendo un largo cautiverio y va a tener conflictos con la justicia en alguna ocasión, y se va dando cuenta de que la realidad a veces se impone, y por muy idealistas que seamos, los molinos siguen siendo molinos, y no podemos derrotarlos ni tratarlos como fueran gigantes,  ya que la cruda realidad se impone,  y que cuando damos libertad como a los galeotes del Arcipreste en Ginés de Pasamonte, y se da libertad a cualquier desalmado es capaz de cometer cualquier tropelía en nuestro mundo.
Ginés de Pasamonte, condenado a galeras y que gracias a la  ayuda de don Quijote consigue la libertad de la galeras,  lo primero que hace al estar libre es robar a Sancho y quitarle lo poco que tiene, entonces don Quijote se da cuenta y se marchará a Sierra Morena para hacer penitencia.

Sin embargo el concepto que tenía Cervantes de la justicia era bastante crítico, pues le habían tenido retenido en varias ocasiones con razón, pues durante algún tiempo de dedicó a cobrar tributos, pero el banquero que estaba detrás se arruinó y al final el que cargó con la culpa fue Cervantes, en otra ocasión se vio involucrado en un asesinato que hubo en la calle en que vivía en Valladolid.

En la calle donde vivía Cervantes aparece muerto un antiguo amante de  una hermana suya con el que no se llevaba bien, entonces tiene que acreditar no ha tenido nada que ver en ese episodio duro y tenso, pero en realidad su relación con la justicia fue siempre bastante difícil y en el Quijote aparece muchas veces el concepto de justicia y además se plantea una justicia que sea justa, porque no siempre la justicia es ciega, sino que a veces se puede dejar sobornar.

Cervantes ataca mucho y muy duramente a ese concepto de justicia porque a él le fue mal con ella.

Es un libro muy crítico, no solamente crítico con la justicia, sino también con la Iglesia, el poder, etc. de tal manera que lo que hará Cervantes es poner sobre todo en sus dedicatorias al principio de la obra en la primera parte al duque de Bejar y la segunda parte al conde de Lemos para pedir su protección, porque sí se la dan estos nobles es más difícil que le metan en la cárcel al tener un protector importante que vele por él, pues la obra no va a ser importante dice Cervantes porque la escriba él, sino porque el duque o el conde le apoyan, y sí Cervantes es inmortal es porque escribe el Quijote y el Quijote es inmortal porque está escrito por Cervantes, siendo uno de los grandes escritores y grandes patrimonios que tenemos.

Hay críticos que dicen que Cervantes trajo ya de Argel un esbozo del Quijote.
El dice que la primera parte se acaba porque se le han acabo un cartapacios que había encontrado en árabe del con el  manuscrito de Cidi Hamete Benengeli y así justifica que acaba la primera parte porque se ha acabado esa historia. En esa primera parte dice que es una historia verdadera, y que un traductor cristiano los va traduciendo y él los va dando forma como narrador.

Esa es la técnica del manuscrito encontrado que se utilizará en la literatura posterior como una técnica narrativa por muchos autores, como Unamuno o Gala, por ej., es un hecho de ficción y así empiezan las obras como si fuera una historia verdades, con la finalidad de dar similitud a la historia, y al usar un manuscrito de un historiador árabe lo que quiere decir es que es real y no ficción.

Por otro lado como hay  muchos momentos en los que él entra en conflicto con el poder, la justicia o la Iglesia, pues la idea no es suya sino que está cogida del historiador arábigo, siendo una técnica narrativa, pero que Cervantes la sabe usar muy bien.
Cervantes da fin a la primera parte, y dice que en tanto busco y miro a ver si la historia continua doy fin a la primera parte, con el propósito de en breve sacar la segunda parte, seguramente ya tuviera el esbozo de la segunda parte.

Entre tanto en 1614 aparece el Quijote de Avellaneda, el falso Quijote y a Cervantes no le gusta nada y se enfada mucho que el prólogo de la segunda parte dice que no va hablar mal del falso quijote, pero se explaya diciendo lo que no quiere decir, y lo que no debo decir, pero que dice, y en la segunda parte a Cervantes le sienta muy mal que haya aparecido el falso quijote que es un obra de calidad, pero al ser la calidad el quijote auténtico tan buena que al lado del auténtico Quijote el de Avellaneda se queda atrás siendo una gran obra.

Cervantes en la segunda parte hace que don Quijote muera en su cama, aunque será un caballero andante y no era lógico que muriese en su casa al ser un caballero a la imitación de las novelas de caballería, y lo normal era que hubiera muerto en una de esas hazañas memorables por las que luchaba, sin embargo, muere en su cama que era una forma muy sencilla para un caballero andante.

Cervantes dice, don Quijote muere y así nadie volverá a resucitar las historias de don Quijote para que no salga unas segundas o terceras aventuras de don Quijote.

La primera parte tuvo un éxito extraordinario y se publicaron enseguida las principales lenguas de la cultura y en 10 años publican la segunda parte y es mucho más denso, menos optimista es el s-XVII Cervantes ya está casi a punto de morir, frente a un Quijote que ha participado en Lepando y que ha visto como la cristiandad ja derrotado al turco y que la hegemonía el imperio es imparable, se observa a un Cervantes que ve que Felipe II tuvo que proclamar tres bancarrotas y el s-XVII es un siglo de decadencia en que se pierde Portugal se subleva Cataluña, se pierden los Países Bajos y es esa decadencia y todo ese sentimiento decadente y pesimista está reflejado en la segunda parte del Quijote y el armazón de la novela se cree que lo tenía esbozado, y cuentan que saco de Argel en un rollo el armazón de la  novela.

Después de volver de Argel se fue a Sevilla a cobrear impuestos, pero en lugar de hacer su trabajo que era hacer asientos y llevar la administración al día, se dedicaba a escribir y cuando tenía que rendir cuentas de su trabajo no lo tenía hecho, y tuvo problemas, y pasó muchos apuros económicos, pues era su punto flaco estaba siempre sin dinero, porque aunque se publicaban sus obras era muy difícil vivir de escribir.

Lope de Vega su vivía el teatro, pero porque las obras se cambiaban cada tres o cuatro días, pero la novela eran pocos los lectores, porque la gente no sabía leer, y era difícil vivir de la literatura.

VIDA OBRA DE MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA



No se sabe el lugar exacto donde nació ni la fecha exacta del año 1542 , se le ubica en Alcalá de Henares, pero no se sabe con exactitud la fecha de su nacimiento, se le relaciona con la fecha de su bautismo el día 9 de octubre, en la Iglesia Santa María la Mayor, y cuya festividad se celebra en la ciudad de Alcalá de Henares.

Fue el cuarto de siete hermanos, su padre era cirujano-médico, don Rodrigo de Cervantes y su madre doña Leonor Saavedra y Cortinas, la familia pasó por problemas económicos al ser siete hermanos, no era fácil, la familia trato de mejorar buscando el amparo de la corte, primero en Valladolid, Córdoba. Sevilla, para finalmente instalarse en Madrid, buscando que con esos cambios mejorara su situación, a pesar, de esas penurias económicas estudio en los Jesuitas de Valladolid, pasando por las universidades de Alcalá y de Sevilla, fue y una persona con una formación intelectual importante y sobre todo fue un gran lector, ya desde muy joven, y es interesante saber que sus hermanas también sabían leer en esa época, aunque era una familia acomodada pero sin recursos.
En el año 1556 la familia se instaló en Sevilla que era una de las ciudades más importantes de las ciudades europeas de la época, después de París, Nápoles, era la tercera ciudad en importancia por ser el puerto camino hacia las indias  y por donde llegaba el oro que traían de allá.

En el año 1566 la familia regresa a Madrid y en 1569 Cervantes se va con 22 años, a Italia como soldado bajo la protección de Diego de Urbina (de Guadalajara-España), participado en las campañas de Italia.

Durante su permanencia en Italia estuvo en contacto con el Renacimiento Italiano y con toda la cultura del momento, y con 24 años aprox. pasará a las órdenes de Juan de Austria hermanastro de Felipe II hijo natural de Carlos I, pero un gran estratega según crónicas Juan de Austria era un fuera de serie, porque la planificación llevada en ese momento fue decisiva.

En un momento en el que Carlos V es como un digno heredero del emperador,  y Cervantes participa en la Batalla de Lepanto el 7 octubre de 1571 en la que se derrota a los turcos y es de donde parte  el origen de su cautiverio en Argel.

En Italia entró en contacto con el cardenal Acquaviva, amigo de Juan de Austria  y cuando termina la batalla de Lepanto en 1575 Juan de Austria le da unas cartas para promocionar a Cervantes, pero cuando la Goleta Sol en la que regresaba Cervantes, al encontrar que llevaba unas cartas de Juan de Austria pensaron que era un preso importante y lo llevaron a Argel junto a otros muchos a los que les concedieron la libertad mucho antes, pero a él era un preso importante, decidieron pedir mucho más rescate y cuando estuvieron a punto de rescatarlo pagando el dinero que solicitaban, aumentan el valor del rescate en varias ocasiones.

Eso le permite tener a Cervantes una época buena, pues la dureza del cautiverio, le hizo crear unas obras importantes como: el Trato de Argel, Los Baños de Argel, La historia del cautivo, que es una parte del Quijote ya que durante su estancia en Argel, el perfilaría mucho de los aspectos de su presidio.

Fue llevado a Argel porque en esa época era un enclave muy importante y clave, donde había tráfico de personas no solo de mercancías, tuvo cuatro intentos de fuga todos fallidos, y 5 años de los que pasó en Argel,  después con los 475 ducados que su madre había conseguido ahorrar Doña Leonor y con la ayuda de los padres Trinitarios que estaban en ese momento dedicados al rescate de los cautivos consiguieron la libertad.

A los 37 años, cuatro años después de su regreso del cautiverio de Argel en el año 1580, se casó con Catalina de Salazar y Palacios, una mujer toledana, de dieciocho años, no funcionando ese matrimonio posiblemente por la diferencia de edad tan grande,  ya que Cervantes tenía ya mucho vivido, en una primero como soldado en Argel, Cervantes tenía una mente muy creativa, y su esposa tan joven por muy inteligente que  fuera no tenía vivencias de la vida, esta chica aportó una pequeña dote que durante un tiempo le dio tranquilidad económica, pero la relación con Catalina de Salazar no fue muy afortunada y se separaron en 1608, peor mucho antes de esta fecha los viajes de Cervantes a Madrid eran constantes, aunque no se le conociese una mujer y una vida como la que tenía Lope, pero la relación con su esposa no fue bien
Esta época le inspira una novela pastoril, siendo una de sus primeras obras en 1585 cuando  escribió la Galatea, que fue bien acogida por la crítica lo que le llevó a escribir comedias, aunque ya en ese momento, era consciente de la fama de Lope de Vega y de que a él a Lope de Vega sus obras le daban para vivir y era un nombre bastante aventurero y todo el mundo le perdonaba todo, y sin embargo, la vida de Cervantes era una vida bastante más sencilla, y se dio cuenta que era difícil competir dramáticamente con Lope de Vega.

Entre 1585 y 1600, después de casarse vive en Toledo cuatro año,  pero después vivó en Esquivias haciendo constantes viajes a Madrid, haciendo diversos trabajos como Comisario de Abastos, paso algunos tiempo  en Andalucía como Recaudador de Impuestos para la Armada Invencible, teniendo penurias económicas que le acompañarían durante toda su vida, pasó cinco meses en la cárcel y una vez absuelto.

Parece ser que entre el tiempo que estuvo en Argel los cinco años de la cárcel más los cinco meses, ya la esencia del Quijote estaría  bastante trabajada.

En el año 1608 se separó de su mujer, quedándose definitivamente en Madrid, un año después ingresa en la Cofradía de los Santísimos Sacramentos, buscando la protección de esta cofradía podía darle, y también a esta cofradía se acogen Lope de Vega Y Quevedo.

En el año 1609 se agudiza la crisis económica en el estado por la expulsión de los moriscos que era la mano de obra barata.
En esta época se ve envuelto en problemas con  su familia por la pequeña herencia que tenía, y una hermana suya excluye a su hija Isabel que era natural a favor de su hija Constanza y esas son las causas de las tensiones familiares.

En el año 1605 ya había publicado la primera parte del Quijote que supuso un éxito tremendo, siguió escribiendo y en el año 1613 salen las Novelas Ejemplares.

En el año 1614 aparece su obra poética Viaje al Parnaso.

En el año 1615 aparece la SEGUNDA PARTE DEL QUIJOTE.

En 1616 muere Cervantes.

En el año 1617 como  obra póstuma aparecen los Trabajos de Persiles y Segismunda, que dedica también al conde de Lemos.

En el año 1614 aparece el Falso Quijote de Avellaneda, lo que le sume en una terrible crispación.

En 1612 Cervantes sabía que con el Quijote creaba una nueva forma Literaria, y tuvo la oportunidad de decir el asegunda parte del Quijote, como profético, ya hizo la crítica de la primera  a través de personajes del Quijote y cuando le preguntan su opinión sobre la obra, se recrea gozosamente diciendo las hazañas memorables del Quijote, las lenguas a las que se ha traducido y que ha llegado hasta el emperador de la China y quiere que vaya a hablar de la obra.

Es interesante que ya Cervantes en la segunda parte de su obra ya se alabara así mismo, sobre la primera parte, se supone que sus contemporáneos no lo verían de la misma forma, esta obra fue traducida rápidamente al francés y al inglés.

Se dice que murió en 22 o el 23 de abril de 1616 haciendo coincidir Shakespeare y Cervantes, fijando esta fecha como el día del libro y de las letras, para el cuarto centenario de ambos, y en el año 2015 se hicieron muchas actividades para honrar su memoria.

miércoles, 13 de marzo de 2019

LITERATURA MODERNA - 06 – RENACIMIENTO ESPAÑOL La prosa en el s-XVI - Miguel de Cervantes - Don Quijote – guadahumi3


LITERATURA MODERNA 06 –  RENACIMIENTO ESPAÑOL

La prosa en el s-XVI  - Miguel de Cervantes - Don Quijote

11 de marzo 2019

PROSA EN EL S-XVI – EL QUIJOTE

La primera parte se publica en el año 1605, donde se resume el espíritu renacentista del autor, en esta parte es mucho más optimista, más positiva, más idealista.
La segunda parte se publica 10 años después, sin embargo, el desengaño del Barroco, y el desaliento del s-XVII que se caracteriza por la decadencia, el desencanto y el desengaño está ya presente en esta segunda parte de la obra. La segunda parte del Quijote es mucho menos fantástica, menos idealista, el Quijote ya no ve gigantes donde hay molinos de viento, ya ve que el caballo volador no lo es, sino que es una escoba, sin embargo se ha producido una simbiosis entre don Quijote y Sancho y ahora es Sancho el que ve que han llegado a una  ínsula, y el va a ser el gobernador, produciéndose esa adecuación entre los personajes y es tal la simbiosis que don Quijote se va contagiando del realismo de Sancho y don Quijote se contagia del realismo de Sancho.

La crítica ha visto en estos dos personajes que Cervantes lo que pretende es a través de ellos plasmar la dualidad del alma humana y del ser humano que necesita ser idealista, utópico quijotesco, pensando que un mundo mejor siempre es posible, que hay gigantes capaces de derribar cualquier muralla por muy grande que sea y esa es la utopía la lucha por un mundo mejor más  justo, libre y solidario eso sería el espíritu del Cervantes dela primera parte, que es joven y cree que otro mundo es posible.

A medida que Cervantes va viviendo un largo cautiverio y va a tener conflictos con la justicia en alguna ocasión, y se va dando cuenta de que la realidad a veces se impone, y por muy idealistas que seamos, los molinos siguen siendo molinos, y no podemos derrotarlos ni tratarlos como fueran gigantes,  ya que la cruda realidad se impone,  y que cuando damos libertad como a los galeotes del Arcipreste en Ginés de Pasamonte, y se da libertad a cualquier desalmado es capaz de cometer cualquier tropelía en nuestro mundo.
Ginés de Pasamonte, condenado a galeras y que gracias a la  ayuda de don Quijote consigue la libertad de la galeras,  lo primero que hace al estar libre es robar a Sancho y quitarle lo poco que tiene, entonces don Quijote se da cuenta y se marchará a Sierra Morena para hacer penitencia.

Sin embargo el concepto que tenía Cervantes de la justicia era bastante crítico, pues le habían tenido retenido en varias ocasiones con razón, pues durante algún tiempo de dedicó a cobrar tributos, pero el banquero que estaba detrás se arruinó y al final el que cargó con la culpa fue Cervantes, en otra ocasión se vio involucrado en un asesinato que hubo en la calle en que vivía en Valladolid.

En la calle donde vivía Cervantes aparece muerto un antiguo amante de  una hermana suya con el que no se llevaba bien, entonces tiene que acreditar no ha tenido nada que ver en ese episodio duro y tenso, pero en realidad sur elación con la justicia fue siempre bastante difícil y en el Quijote aparece muchas veces el concepto de justicia y además se plantea una justicia que sea justa, porque no siempre la justicia es ciega, sino que a veces se puede dejar sobornar.

Cervantes ataca mucho y muy duramente a ese concepto de justicia porque a él le fue mal con ella.

Es un libro muy crítico, no solamente crítico con la justicia, sino también con la Iglesia, el poder, etc. de tal manera que lo que hará Cervantes es poner sobre todo en sus dedicatorias al principio de la obra en la primera parte al duque de Bejar y la segunda parte al conde de Lemos para pedir su protección, porque sí se la dan estos nobles es más difícil que le metan en la cárcel al tener un protector importante que vele por él, pues la obra no va a ser importante dice Cervantes porque la escriba él, sino porque el duque o el conde le apoyan, y sí Cervantes es inmortal es porque escribe el Quijote y el Quijote es inmortal porque está escrito por Cervantes, siendo uno de los grandes escritores y grandes patrimonios que tenemos.

Hay críticos que dicen que Cervantes trajo ya de Argel un esbozo del Quijote.
El dice que la primera parte se acaba porque se le han acabo un cartapacios que había encontrado en árabe del con el  manuscrito de Cidi Hamete Benengeli y así justifica que acaba la primera parte porque se ha acabado esa historia. En esa primera parte dice que es una historia verdadera, y que un traductor cristiano los va traduciendo y él los va dando forma como narrador.

Esa es la técnica del manuscrito encontrado que se utilizará en la literatura posterior como una técnica narrativa por muchos autores, como Unamuno o Gala, por ej., es un hecho de ficción y así empiezan las obras como si fuera una historia verdades, con la finalidad de dar similitud a la historia, y al usar un manuscrito de un historiador árabe lo que quiere decir es que es real y no ficción.

Por otro lado como hay  muchos momentos en los que él entra en conflicto con el poder, la justicia o la Iglesia, pues la idea no es suya sino que está cogida del historiador arábigo, siendo una técnica narrativa, pero que Cervantes la sabe usar muy bien.
Cervantes da fin a la primera parte, y dice que en tanto busco y miro a ver si la historia continua doy fin a la primera parte, con el propósito de en breve sacar la segunda parte, seguramente ya tuviera el esbozo de la segunda parte.

Entre tanto en 1614 aparece el Quijote de Avellaneda, el falso Quijote y a Cervantes no le gusta nada y se enfada mucho que el prólogo de la segunda parte dice que no va hablar mal del falso quijote, pero se explaya diciendo lo que no quiere decir, y lo que no debo decir, pero que dice, y en la segunda parte a Cervantes le sienta muy mal que haya aparecido el falso quijote que es un obra de calidad, pero al ser la calidad el quijote auténtico tan buena que al lado del auténtico Quijote el de Avellaneda se queda atrás siendo una gran obra.

Cervantes en la segunda parte hace que don Quijote muera en su cama, aunque será un caballero andante y no era lógico que muriese en su casa al ser un caballero a la imitación de las novelas de caballería, y lo normal era que hubiera muerto en una de esas hazañas memorables por las que luchaba, sin embargo, muere en su cama que era una forma muy sencilla para un caballero andante.

Cervantes dice, don Quijote muere y así nadie volverá a resucitar las historias de don Quijote para que no salga unas segundas o terceras aventuras de don Quijote.

La primera parte tuvo un éxito extraordinario y se publicaron enseguida las principales lenguas de la cultura y en 10 años publican la segunda parte y es mucho más denso, menos optimista es el s-XVII Cervantes ya está casi a punto de morir, frente a un Quijote que ha participado en Lepando y que ha visto como la cristiandad ja derrotado al turco y que la hegemonía el imperio es imparable, se observa a un Cervantes que ve que Felipe II tuvo que proclamar tres bancarrotas y el s-XVII es un siglo de decadencia en que se pierde Portugal se subleva Cataluña, se pierden los Países Bajos y es esa decadencia y todo ese sentimiento decadente y pesimista está reflejado en la segunda parte del Quijote y el armazón de la novela se cree que lo tenía esbozado, y cuentan que saco de Argel en un rollo el armazón de la  novela.

Después de volver de Argel se fue a Sevilla a cobrear impuestos, pero en lugar de hacer su trabajo que era hacer asientos y llevar la administración al día, se dedicaba a escribir y cuando tenía que rendir cuentas de su trabajo no lo tenía hecho, y tuvo problemas, y pasó muchos apuros económicos, pues era su punto flaco estaba siempre sin dinero, porque aunque se publicaban sus obras era muy difícil vivir de escribir.

Lope de Vega su vivía el teatro, pero porque las obras se cambiaban cada tres o cuatro días, pero la novela eran pocos los lectores, poa gente sabía leer, y era difícil vivir de la literatura.

domingo, 10 de marzo de 2019

LITERATURA MODERNA 05 – RENACIMIENTO ESPAÑOL - NOVELA PICARESCA - EL LAZARILLO DE TORMES guadahumi3

LITERATURA MODERNA 05 –  RENACIMIENTO ESPAÑOL
La prosa en el s-XVI y El Lazarillo - guadahumi3

04 de marzo 2019


INTRODUCCIÓN LA PROSA EN EL S-XVI

Hay una parte dentro de la prosa que son novelas que no han resistido el paso del tiempo, como lo ha resistido el Lazarillo, pero hay algunas novelas que aparecen en el s-XVI que proceden de sus raíces en la Edad Media y en la antigüedad clásica, sobre todo, en cuento a las novelas de viajes, de aventuras, y Cervantes tomará como referencia muchos de estos ejemplos narrativos   y de hecho el Quijote se puede observar que es una novela de novelas en la que va argumentando la vida de Quijote y Sancho, pero en algunas ocasiones, los dos son meros espectadores de otras historias que van contando otros personajes y dentro de la novela Cervantes va recoger muchos de los prototipos de novelas, que en ese momento estaban ya en auge.

LA PROSA EN EL S-XVI
Sobre todo la novela, hay una prosa de carácter didáctico, y una de carácter mucho más ensayística, y los prototipos de novelas que se desarrollan en este siglo son:
novela picaresca
novela de caballerías
novela pastoril
novela morisca
novela bizantina

La novela picaresca es la más representativa, después la de caballerías, novela pastoril, novela morisca, novela bizantina.

Algunos de estos prototipos de novelas irán pasando y desarrollaran  en otros momentos, pero otros subgéneros serán prototipos de esa época con el gusto de lo caballeresco, bucólico, pastoril, y al final la lealtad.

En realidad en la novela de caballerías, los personajes de las historias son muy fantásticos y en ocasiones se desarrollan en lugares irreales, por eso se habla del idealismo de las novelas de caballerías, y sobre todos los héroes y los protagonistas destacan por su valentía y que son capaces de vencer en innumerables pruebas.



Como prototipo de novela totalmente opuesta a la de caballería, va a surgir otro tipo de novela picaresca que es el Lazarillo de Tormes, que choca con el realismo frente a los elementos fantásticos de la novela de caballería.



En el caso del Lazarillo que es otro de los libros que aparece y es extraño que un libro tan maravilloso sea anónimo y se le atribuye a varios escritores entre ellos a un fraile Juan de Orozco.
El Lazarillo está lleno de pensamiento poco purista y en un momento en el que en el s-XVI los teólogos españoles se erigen en la defensa de los postulados de Trento pues nadie quería arriesgarse a ser tildado y denunciado a la inquisición.

En las novelas de caballerías, los personajes casi siempre son hijos de reyes o de  nobles importantes, y el autor del Lazarillo, dice que si Amadís de Gaúla es capaz de salir airoso de todas, esas aventuras en las que toma parte, y que el Lazarillo también podrá hacer, puesto que si el origen es similar y el origen de Amadís  es que nace en el rio Gaúla y cuando el Lazarillo nace lo hace cerca del río  Tormes, porque su padre era molinero.

Sí el lugar donde se nace es importante, no es menos importante la clase social a la que se pertenece, y otra serie de circunstancias que hacen que la novela del Lazarillo aunque nazca en el río Tormes, sin embargo, su vida será de desdichas.

Sin embargo, Amadís va a ser una vida llena de triunfos, pero en un momento en el que Amadís tiene que hacer una batalla el Mago Merlín y la Maga Morgana hacen que se levante una niebla impresionante y el ejército contrario en lugar de pelar contra Amadís se pelean entre ellos porque la niebla impiden que se vean, y las fuerzas de la naturaleza colaboran para que Amadís salga victorioso.

Se idealiza constantemente casi todos los acontecimientos y sobre todo a la mujer amada, siguiendo un poco el amor cortés, de ahí que cuando don Quijote tome también, esa vida caballeresca, necesita una dama, tener una amada a quien dedique sus victorias, y esta amada no será otra que Dulcinea del Toboso, que realmente no es una princesa de la Mancha, sino que el prototipo y referente más cercano de Dulcinea del Toboso, es una mujer rústica llamada Aldonza Lorenzo, y Cervantes, que es un pozo de ciencia por todas partes, usa Dulcinea del Toboso porque es un nombre muy eufemístico, y sugiere esa dulzura del personaje y Aldonza Lorenzo, tiene también un elemento cacofónico, como contrapunto, Dulcinea sin par, princesa de la Mancha, totalmente idealizada y Aldonza una rústica aldeana con esa acumulación de “L” y “Z” que provoca algo de dificultad y un cierto cacofonísmo a la hora de pronunciar.

La novela de caballerías se caracteriza por ese idealismo y la obra más importante es Amadís de Gaúla, siendo la más representativa de todas, la primera edición se fue la de Zaragoza de 1508 pro Garci Rodríguez de Montalvo, aunque la obra circulaba en copias no editadas en el siglo anterior, s-XV.

Lo que plantea la novela de caballerías, es primero el nacimiento del héroe, su educación, abandono, y que es un personaje de condición ilustre, y en la historia de la humanidad hay muchos personajes que son abandonados o dejados en cualquier parte, como la historia de Moisés dejado en el Nilo, etc. esas características marcan el futuro y a final se casará con Oriana que también de origen noble.

La fama de Amadís de Gaúla, pasó rápidamente todas las fronteras y además tiene una fuerza e influye en la primera mitad del s-XVI y el propio emperador que según decían era gran lector de novelas de caballerías, Santa Teresa también dicen que era una gran lectora de novelas de caballerías, y como Amadís  se marchaba a llevar una serie de gestas, pues ella le imitaba haciendo varias misiones, como gestas.

La fama fue tal, que continuaron las ediciones de novelas de caballerías como Palmerín de Olivaen 1511, Palmerín de Inglaterra en 1567, Pri-Maleón, Orlando Furioso de Ludovico Ariosto, todas novelas totalmente de caballerías, o la Jerusalén liberada de Torcuato Tarso.

Su fama y su influencia fue extraordinaria durante todo el s-XVI e incluso hay documentación de que el propio  Carlos V, era fiel seguidor del as novelas de caballerías.

En la segunda mitad del s-XVI y primeros del s-XVII florece otro modelo narrativo con el nombre de novela pastoril o libros de pastores. La novela de caballerías, se desarrolla a finales de la Edad Media y tiene su auge sobre todo el s-XVI y en la segunda mitad del s-XVI como consecuencia del bucolismo y de la influencia de la literatura latina de Virgilio, de Horacio y toda esa influencia de las églogas y de los pastores, y el bucolismo de esos clásicos, se desarrolla un tipo de novela que se conoce con el nombre de novela pastoril.

NOVELA PASTORIL

Son obras muy lentas, con muchas descripciones, en donde como por ejemplo los poemas de Garcilaso, pero eso pasado a un texto narrativo, donde describe los escenarios, convirtiéndose en una prosa muy lenta y monótona y ha sido uno delos ejemplos que mejor ha aguantado el paso del tiempo. La novela pastoril es hoy una novela para especialistas en literatura, pero no interesa tanto.

Por otro lado, personajes que participan en esta novela pastoril, no son pastores reales, son cortesanos disfrazados, en ambiente bucólico, en la Arcadia o el Paraíso, paisajes paradisiacos, cuentan sus cuitas amorosas, por lo general sus penas, desdichas, es un ritmo muy lento, se da importancia al paisaje, está muy presente el neo platonismo, el afán de belleza y perfección y la influencia de los diálogos del amor León  Hebreo, pero no hay apenas acción.

El tema de la novela pastoril, es narrar los amores y los desamores de los pastores, pero de ritmo muy lento, usando un eufemismo para que se no ser tan pesado.

OBRAS IMPORTANTES
Los siente libros de Diana de Jorge de Montemayor que   aparece en la segunda mitad del s-XVI en 1559, la Diana enamorada, los nombres de todas esas pastoras provienen del mundo clásico, Diana, etc. la Galatea de Cervantes que es otro de los grandes dramaturgos de nuestro siglo de Oro, en el s-XVI en 1585.
NOVELA MORISCA
Como la Reconquista prácticamente acababa de terminar, y el último Gran Reino de Granada se conquistó a finales del s-XV en 1492, pues aparecen historias, en donde se mezclan amores entre árabes y cristianos.

En las novelas moriscas, siempre los cristianos desde el punto de vista del narrador y si son más o menos objetivas,  en las novelas moriscas siempre son los cristianos son los buenos, los caballeros, los militares, los guerreros, y los jóvenes que se enamoran de una árabe se siente enamorada de ese joven cristiano, y al final, en ese momento como el rey Carlos V es el evaluarte supremo de la cristiandad, las jóvenes árabes, dejan su religión y abrazan la cristiana.

La Gran Sultana es una obra de teatro de Cervantes, donde se plantea el problema entre árabes y cristianos, pero siempre a favor de los cristianos.

En la novela morisca más importantes, es sin duda La Historia del Abencerraje y de la hermosa Jarifa, están ambientada en plena reconquista, y  lo que hace la novela morisca es retrotraerse a otra época anterior, porque en el s-XVI, ya no hay ese enfrentamiento entre árabes y cristianos, y el joven Abencerraje, se ha había hecho ilusiones, pero cuando iba a casarse con la bella Jarifa, Rodrigo de Narváez  que es el alcalde, cuando le dicen que se iba a casar, ya había sido condenado y tenía que ingresar en prisión, y le pide que le deje casarse y el alcalde le pone la condición de que vuelva a la cárcel, el joven Abencerraje cumple su palabra de cristiano, que engloba los valores de lealtad, fidelidad, heroísmo, gratitud, etc. y cuando ya con el permiso se casa y regresa a la cárcel y don Rodrigo Narváez, admirado del comportamiento del joven, que pudiendo haber huido volvió a prisión, entonces le concede la libertad para que viva feliz su matrimonio.

Los autores ponen personajes con unos valores muy nobles y poco realistas.

NOVELA BIZANTINA

Sus raíces proceden de la antigüedad clásica, es un peregrinaje constante lleno de viajes y aventuras y el tema más inmediato sería, los Viajes de Ulises basado en la Iliada y la Odisea, Eneas basado en la Eneida de Virgilio, etc., con muchas aventuras e insólitos escenarios.
Algunas de estas obras Etiópicas o Teágenes y Claridea de Cervantes, El Peregrino en su patria de Lope de Vega, y la más representativa; Los trabajos de Persiles y Segismunda de Cervantes.
Los trabajos de Persiles y Sigismunda, en esa obra los protagonistas van a llevar a cabo una serie de peripecias, viajes y aventuras y finalmente conseguirán su objetivo.

NOVELA PICARESCA
Este tipo de novela es la más representativa de esta época, apareciendo en pleno auge y hegemonía del Imperio Español en la primera mitad del s-XVI que corresponde al reinado de Carlos V, que es un momento de esplendor, de dominio y de poderío, prolongándose hasta la segunda mitad del mandato de Felipe II, sin embargo supone un contraste importante porque frente a ese esplendor, económico, político, militar y cultural en todas las facetas, irrumpe una novela que es justo el contrapunto a tanto esplendor y a tanta riqueza.

La novela picaresca se basa en un desheredado de la fortuna como el caso de Lázaro de Tormes.
En 1554, en plena hegemonía política y militar del imperio español, y en tres ciudades diferentes, Burgos, Alcalá y Amberes, aparece la primera edición del Lazarillo de Tormes, aunque se cree que existió una anterior en el año 1553. Esta obra tiene el título de Vida del Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades.

Durante la primera mitad del s-XVI la influencia  de Erasmo, del Renacimiento y la cultura italiana fue constante, en la cultura española del s-XVI, y buena parte de ese erasmismo que está presente en la cultura del s-XVI, va a estar presente en el Lazarillo de Tormes, habiendo un aspecto de la obra que está influenciada por Erasmo, y una religiosidad más sincera, con una moral modificada, mucho más limpia y menos acomodada.  Todo ese pensamiento de Erasmo en algunos de los tratados del Lazarillo están presentes.

CARACTERÍSTICAS DE LA NOVELA PICARESCA


Estas características se inician con el Lazarillo de Tormes, pero en el s-XVII habrá continuadores de la novela picaresca, como una obra muy importante que es El Buscón de Quevedo, pero esa obra aparece en un momento con mucha violencia política y económica, y ese desengaño social, del s-XVI estará presente también en esa crítica mucho más amarga, desencantada como se aprecia en el Buscón y que en el Lazarillo no existe por haber ese desencanto.
En el Lazarillo hay pequeñas pillerías, es un ladronzuelo, pero aún ni había un perfil del pícaro calculador, y desencantado como puede aparecer en el Buscón de Quevedo.

Entre las características principales de todas las novelas picarescas, y en todas las obras picaresca hacen un guiño al Lazarillo de Tormes, y el protagonista siempre es un joven de condición humilde, procede de los bajos fondos y es un antihéroe, la antítesis de las novelas de caballería en el Amadís de Gaula, y como es de una condición tan humilde tiene que mendigar incluso  para sobrevivir, y cuando se habla de que procede de los bajos fondos, es que cuando el hablan de cómo son.

El Lazarillo dice que su padre fue condenado por ciertas sangrías que hacía en los clientes que iban a moler, de modo que los padres del pícaro, también eran pícaros, y se suele decir de ellos que era de padre sin honra.  El padre condenado por las gestas que realiza, y la madre se ganaba la vida como podía no llevando una vida demasiado honrosa, pero todavía no será  tan amarga y severa  la critica que hace el autor del Lazarillo como la crítica que hará Quevedo en el Buscón, porque en esa obra, cuando habla de la madre, dice que madre daba la paz todas las noches y besaba los ojos, pero ojos que no tienen niña, indicando que no eran buenos, o dice, se arrimaba a los buenos para ver si alguno de ellos la aceptaba, pero los buenos no eran los mas honrados.

Estas novelas tienen un carácter autobiográfico, y el protagonista narra su vida, y eso no quiere decir que el autor del Lazarillo viviera esas aventuras que vivía Lázaro de Tormes, es solo una técnica narrativa, como otras muchas de carácter autobiográfico.

El Lazarillo narra sus propias peripecias empezando por sus padres, por lo que resulta un personajes muy antagónico, al caballero de las novelas de caballería que generalmente procedía de origen noble o incuso nacido de reyes.


ESTRUCTURA

La estructura de las novelas de picaresca es muy abierta, porque las aventuras en relación a los amos que pueden servir son multitud, y unas aventuras que podrían seguir narrando aventuras, parecidas o diferentes.

La novela picaresca tiene también arte moralizante, pretendiendo ser un ejemplo, pero el Lazarillo, a diferencia del Guzmán del Alfarache de Mateo Alemán, que está lleno de sermones y de enseñanzas filosóficas y morales, sin embargo en estas otras obras no hay esa influencia de sermones, ni morales, pero en el Lazarillo sí están presente en toda la obra el pensamiento de Erasmo y una crítica fuerte a muchas de las estructuras sociales, pero fundamentalmente a dos: a la Iglesia, por haber varios episodios que están protagonizados por cleros, el segundo personaje tratado es un clérigo, y el cuarto personaje también lo es, la Merced que nada más empezar a servir con él le regala unos zapatos, pero le dice que a los dos días ya se habían roto, y sobre todo hace una crítica durísima que hace al hidalgo, que es la clase social arruinada y venida a menos, como en este caso y esa sería la clase noble del momento.

Estas obras tienen un carácter satírico, y es una obra en donde, se va a criticar aquellos aspectos sociales de la época que deben cambiar, según el autor del Lazarillo, y una de las finalidades del  libro es el ascenso social del héroe, es decir, que uno de los propósitos del autor del Lazarillo es presentar a un desheredado de la fortuna puede llegar a conquistar un final conquistando un cierto ascenso social, pero al mismo tiempo, que dice que se puede ascender de clase social, también dice que es a costa de la honra.

El protagonista Lázaro de Tormes empieza siendo un mozo de ciego, mozo de muchos amos, comienza mendigando, pidiendo, y después conseguirá conseguir un mínimo cargo en la escala social, de pregonero, que era un funcionario de rango mínimo, pero ha conseguido entrar dentro de esa escala social.

Lo que le cuesta a Lázaro entrar en esa escala social, nada más y  nada menos que su honra, porque el prólogo del Lazarillo que es cuando comienza su andadura comienza diciendo que relate el caso , y el caso no es otro que ciertas habladurías que circulan por Toledo donde se dice que el Lazarillo se entiende con la mujer del Arcipreste del San Salvador, y a esas habladurías el Lazarillo no hace caso, pero después de leer el libro, sí da pie , para pensar que el cargo de pregonero lo ha conseguido gracias a la ayuda que ha ejercido el Arcipreste a cambio de que entretenga  a su mujer en algún momento.
Hay un ascenso social. Pero lleva implícito la perdida del honor o la honra.
“Suplico a vuestra M. reciba el pobre servicio de mano de quien lo hiciera más rico si su poder y deseo se conformaran. Y pues V.M. escribe se le escriba y relate el caso por muy extenso, parecióme no tomalle por el medio, sino por el principio, porque se tenga entera noticia de mi persona, y también porque consideren los que heredaron nobles estados cuán poco se les debe, pues Fortuna fue con ellos parcial, y cuánto más hicieron los que, siéndoles contraria, con fuerza y maña remando, salieron a buen puerto.”
Otro rasgo es mozo de muchos amos, de los que iba pasando.

Las obras más representativas, dentro de la picaresca está el Guzman de Alfarache, con el que se cierra le siglo, en el año 1599 de Mateo Alemán. Esta obra dada en la época en que aparece y por todo el influjo de la contrarreforma, los sermones y el carácter moral es muy importante, siendo una de esas obras, que es más para especialistas que para un lector común.

La picara Justina de López de Úbeda  del año 1605, que tiene como novedad que la protagonista no es un hombre, sino una mujer. La vida de Marcos de Obregón de Vicente Espinel en el s-XVII, y otra obra importantísima el Buscón de Quevedo en el año 1626. El Estebanillo González (nombre del autor) a mitad del s-XVII. Otra obra titulada la Hija de la Celestina del s-XVII y el s-XVIII aparece Marcos de Obregón que recoge también el aspecto picaresco, pero sin la frescura que tiene la primera obra que es el Lazarillo de Tormes.

VIDA DEL LAZARILLO DE TORMES



Libro publicado en el año 1554




Otra edición de la misma fecha, la obra circuló continuamente que estaba incluida en el Índice, pero aún, así era una obra que se prodigó y prohibida y todo se leyó.




Estas son ediciones más modernizadas, en una de ellas la portada es una pintura de Goya.





En esta portada aparece la escena con el ciego.

EL LAZARILLO DE TORMES
Es una obra anónima, posiblemente porque el autor, sabiendo toda la carga erasmista que tenía la obra, y sobre todo el ataque que hay a muchos sectores del clero y al hidalgo que representa a la nobleza, prefirió no disfrutar del reconocimiento de ser el autor de una obra importante, pero al mismo tiempo no tener que penar las condenas que le podían llegar por converso, erasmista, etc.

Los cuatro escritores más representativos y aceptables  a los que se les atribuye la obra, aunque hay muchas más, pero entre todas esas atribuciones podría estar  el auténtico escritor del Lazarillo, los nombres que se bajaran son: el Diplomático Diego Hurtado de Mendoza, un escritor toledano Sebastián de Orozco, un fraile jerónimo Fray Juan de Ortega, y uno de los grandes erasmistas Alfonso de Valdés uno de los hermanos Valdés y dos grandes amigos de Carlos V.

La originalidad de la obra radica en que por primera vez el protagonista es un desventurado de la fortuna, es un personaje de condición muy humilde, llamado Lázaro natural de Tejares en Salamanca, cerca del río Tormes y que cuenta en primera persona su vida miserable desde que nació en el río Tormes y se casara muy poco honrosamente en Toledo.

Lázaro dice que nace en el río Tormes , porque sus padres tenían un molino, entonces pasaba una parte del río por debajo de la casa molino, y con la fuerza del agua se usaba para mover la maquinaria para moler el grano, y por esa razón como nació en casa, nació en el río Tormes, pero cuando se lee la parte a la que hace referencia a su origen, dice que a pesar de haber nacido en un río como Amadís de Gaúla, sin embargo su  destino va a ser muy diferente.

Por primera vez el protagonista es de condición muy humilde y va a forjarse su vida a fuerza de golpes, el lazarillo es una escuela de aprendizaje, pues cada uno de los amos con los que está y sirve al ser un mozo de muchos amos y de todos ellos va a ir aprendiendo algo.

Del ciego aprende a ser astuto, del clérigo aprende que la avaricia es mala, pero de vez en cuando hay que guardar para cuando no hay para usarlo después, del hidalgo aprende que la honra también es importante, entonces refleja de un modo realista lo que le ocurre al protagonista, al margen de las idealizaciones de las novelas de caballería, moriscas, bizantinas o pastoriles, le faltan las fuerzas de estos héroes que por lo general en las novelas de caballerías o moriscas los protagonistas realizaban hazañas de las que siempre salían airosos.

Lázaro de Tormes nunca sale airoso porque incluso cuando consigue quitarle el vino al ciego el premio no será disfrutar del vino, sino que recibirá un castigo donde pierde todos los dientes.

A Lázaro de ocurre todo lo contrario, y choca con una áspera realidad, privaciones, hambre, egoísmos, burlas, explotación, llevándolo al desenlace final, hasta llegar a afectar a su honra por habladurías de infidelidad.

Lázaro al venir de padres sin honra, no trata de ponderar las cualidades de sus progenitores, sino que cuenta como es la realidad, incluso cuando su madre se hace pareja de un negro, con el que tiene un hijo, Lázaro dice que no le caía muy bien, pero como cuando ese hombre iba a su casa traía comida, y comían un poco mejor, lo dejaba, y su hermano  viendo, lo negro que era ese nombre, decía mamá coco, coco, sin saber que era ese coco era su padre.

En la obra hay momentos de humor y de sátira, pero también la obra rezuma pesimismo y una cruel amargura, y sobre todo destaca que es una obra muy dura, aunque la obra parece desenfadada, en donde el pícaro hace ciertas sisas, pequeños hurtos, sin embargo se aprecia una amargura profunda  que contrasta con la cara opuesta a ese momento de esplendor y de plenitud que vive el imperio que parece que es incuestionable y que es todo poderoso, pero en ese momento en que le imperio derrocha en guerras y en batallas sin límite hay muchas personas Lázaro de Tormes.

Lázaro no es un pícaro, sino un desdichado porque sus raterías son de poca monta en relación con los pícaros posteriores como el Guzmán de Alfarache o el Buscón, donde hay rasgos de maldad que todavía en Lázaro o hay.

Las actividades de Lázaro era mendigar, robar pequeñas raterías, porque robaba para comer, e incluso compartía con su amo el hidalgo.

En alguna novela de realismo en concreto Lizeth y Cordia hay una cierta  influencia de la novela picaresca porque uno de los personajes Benigna, Nina, en un momento de la obra el autor casi la equipara a un personaje picaresco, porque es capaz de pedir y mendigar y pasar privaciones para que su señora Paca, que es una viuda arruinada y venida a menos, donde se ve la influencia del hidalgo del Lazarillo, pero que todavía en Galdós se le va a dar una categoría mayor porque en la obra de Galdós doña Paca enferma y su nuera le dice que es un castigo divino y solo se lo podrá curar Nina, y cuando va ver a Nina le dice que ella no pude curarlo que se han portado muy mal con ella, pero si crees eso, vete y no peques más. Y vete y no peques más son las palabras que dice Jesús en el Evangelio. La crítica señala que en la obra de Galdós, El personaje de Nina correspondería al personaje de pícara bondadosa y buena capaz de mendigar para que pueda vivir su ama.

RASGOS CARACTERÍSTICOS DEL LAZARILLO.

El protagonista habla de su propia vida, pero no es la vida del autor, es una técnica narrativa, un carácter autobiográfico es una manera de narrar, se pone en primera persona, pero podría ser en tercera.

“Tratado Primero: Cuenta Lázaro su vida, y cúyo hijo fue.

Pues sepa V.M. ante todas cosas que a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé González y de Antona Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del río Tormes, por la cual causa tome el sobrenombre, y fue desta manera. Mi padre, que Dios perdone, tenía cargo de proveer una molienda de una aceña, que esta ribera de aquel río, en la cual fue molinero mas de quince años; y estando mi madre una noche en la aceña, preñada de mí, tomóle el parto y parióme allí: de manera que con verdad puedo decir nacido en el río.
Pues siendo yo niño de ocho años, achacaron a mi padre ciertas sangrías mal hechas en los costales de los que allí a moler venían, por lo que fue preso, y confesó y no negó y padeció persecución por justicia. Espero en Dios que está en la Gloria, pues el Evangelio los llama bienaventurados. En este tiempo se hizo cierta armada contra moros, entre los cuales fue mi padre, que a la sazón estaba desterrado por el desastre ya dicho, con cargo de acemilero de un caballero que allá fue, y con su señor, como leal criado, feneció su vida. Mi viuda madre, como sin marido y sin abrigo se viese, determinó arrimarse a los buenos por ser uno dellos, y vínose a vivir a la ciudad, y alquiló una casilla, y metióse a guisar de comer a ciertos estudiantes, y lavaba la ropa a ciertos mozos de caballos del Comendador de la Magdalena, de manera que fue frecuentando las caballerizas. Ella y un hombre moreno de aquellos que las bestias curaban, vinieron en  Conocimiento. Éste algunas veces se venía a nuestra casa, y se iba a la mañana; otras veces de día llegaba a la puerta, en achaque de comprar huevos, y entrábase en casa. Yo al principio de su entrada, pesábame con él y habíale miedo, viendo el color y mal gesto que tenía; mas de que vi que con su venida mejoraba el comer, fuile queriendo bien, porque siempre traía pan, pedazos de carne, y en el invierno leños, a que nos calentábamos. De manera que, continuando con la posada y conversación, mi madre vino a darme un negrito muy bonito, el cual yo brincaba y ayudaba a calentar. Y acuérdome que, estando el negro de mi padre trebejando con el mozuelo, como el niño vía a mi madre y a mí blancos, y a él no, huía dél con miedo para mi madre, y señalando con el dedo decía: “¡Madre, coco!”. Respondió él riendo: “¡Hideputa!”
Yo, aunque bien mochacho, noté aquella palabra de mi hermanico, y dije entre mí “¡Cuántos debe de haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven a sí mesmos!”
(Cuantos no se ven a sí mismos.)

Es un ladronzuelo que usa tretas para robar, aspira a ascender de clase social, aunque no logra salir de su estado miserable y cuando lo consigue, es a cuenta de su honra, y cuando parece que va a tener suerte le ocurre otra desventura.

No narra hechos fantásticos sino de la vida cotidiana, siendo una de las primeras obras realistas, donde un adolescente va evolucionando y aprendiendo en la escuela de la vida.


Aunque el Lazarillo es un novela, hace unos quince años Rafael Álvarez “El Brujo” hizo una interpretación del Lazarillo, haciendo de pregonero.


Para ver el video clicar la imagen:





EL LAZARILLO
Comienza con un prólogo en el que ha llegado a pregonero de vinos en un pueblo, y escribe a un caballero:

Suplico a Vuestra Merced reciba el pobre servicio de mano de quien lo hiciera más rico si su poder y deseo se conformaran. Y pues V.M. escribe se le escriba y relate el caso por muy extenso, parecióme no tomalle por el medio, sino por el principio, porque se tenga entera noticia de mi persona, y también porque consideren los que heredaron nobles estados cuán poco se les debe, pues Fortuna fue con ellos parcial, y cuanto más hicieron los que, siéndoles contraria, con fuerza y maña remando, salieron a buen puerto.“

Quiere decir que los que consiguen llegar procediendo de un linaje no tiene ningún mérito, sin embargo, los que desde abajo lo consiguen con su esfuerzo lo tienen.


Tratado Primero: Cuenta Lázaro su vida, y cúyo hijo fue.
Pues sepa V.M. ante todas cosas que a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé González y de Antona Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del río Tormes, por la cual causa tome el sobrenombre, y fue desta manera. Mi padre, que Dios perdone, tenía cargo de proveer una molienda de una aceña, que esta ribera de aquel río, en la cual fue molinero mas de quince años; y estando mi madre una noche en la aceña, preñada de mí, tomóle el parto y parióme allí: de manera que con verdad puedo decir nacido en el río. Pues siendo yo niño de ocho años, achacaron a mi padre ciertas sangrías mal hechas en los costales de los que allí a moler venían, por lo que fue preso, y confesó y no negó y padeció persecución por justicia. Espero en Dios que está en la Gloria, pues el Evangelio los llama bienaventurados. En este tiempo se hizo cierta armada contra moros, entre los cuales fue mi padre, que a la sazón estaba desterrado por el desastre ya dicho, con cargo de acemilero de un caballero que allá fue, y con su señor, como leal criado, feneció su vida.
Mi viuda madre, como sin marido y sin abrigo se viese, determinó arrimarse a los buenos por ser uno dellos, y vínose a vivir a la ciudad, y alquiló una casilla, y metióse a guisar de comer a ciertos estudiantes, y lavaba la ropa a ciertos mozos de caballos del Comendador de la Magdalena, de manera que fue frecuentando las caballerizas. Ella y un hombre moreno de aquellos que las bestias curaban, vinieron en conocimiento. Éste algunas veces se venía a nuestra casa, y se iba a la mañana; otras veces de día llegaba a la puerta, en achaque de comprar huevos, y entrábase en casa. Yo al principio de su entrada, pesábame con él y habíale miedo, viendo el color y mal gesto que tenía; mas de que vi que con su venida mejoraba el comer, fuile queriendo bien, porque siempre traía pan, pedazos de carne, y en el invierno leños, a que nos calentábamos. De manera que, continuando con la posada y conversación, mi madre vino a darme un negrito muy bonito, el cual yo brincaba y ayudaba a calentar. Y acuérdome que, estando el negro de mi padre trebejando con el mozuelo, como el niño vía a mi madre y a mí blancos, y a él no, huía dél con miedo para mi madre, y señalando con el dedo decía: “¡Madre, coco!”.
Respondió él riendo: “¡Hideputa!”
Yo, aunque bien mochacho, noté aquella palabra de mi hermanico, y dije entre mí “¡Cuántos debe de haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven a sí mesmos!”
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Quiso nuestra fortuna que la conversación del Zaide, que así se llamaba, llegó a oídos del mayordomo, y hecha pesquisa, halloóe que la mitad por medio de la cebada, que para las bestias le daban, hurtaba, y salvados, leña, almohazas, mandiles, y las mantas y sábanas de los caballos hacií perdidas, y cuando otra cosa no tenía, las bestias desherraba, y con todo esto acudía a mi madre para criar a mi hermanico. No nos maravillemos de un clérigo ni fraile, porque el uno hurta de los pobres y el otro de casa para sus devotas y para ayuda de otro tanto, cuando a un pobre esclavo el amor le animaba a esto. Y probósele cuanto digo y aun más, porque a mí con amenazas me preguntaban, y como niño respondía, y descubría cuanto sabía con miedo, hasta ciertas herraduras que por mandado de mi madre a un herrero vendí. Al triste de mi padrastro azotaron y pringaron, y a mi madre pusieron pena por justicia, sobre el acostumbrado centenario, que en casa del sobredicho Comendador no entrase, ni al lastimado Zaide en la suya acogiese.
Por no echar la soga tras el caldero, la triste se esforzó y cumplió la sentencia; y por evitar peligro y quitarse de malas lenguas, se fue a servir a los que al presente vivían en el mesón de la Solana; y allí, padeciendo mil importunidades, se acabó de criar mi hermanico hasta que supo andar, y a mí hasta ser buen mozuelo, que iba a los huéspedes por vino y candelas y por lo demás que me mandaban.
En este tiempo vino a posar al mesón un ciego, el cual, pareciéndole que yo sería para adestralle, me pidió a mi madre, y ella me encomendó a él, diciéndole como era hijo de un buen hombre, el cual por ensalzar la fe había muerto en la de los Gelves, y que ella confiaba en Dios no saldría peor hombre que mi padre, y que le rogaba me tratase bien y mirase por mí, pues era huérfano. Él le respondió que así lo haría, y que me recibía no por mozo sino por hijo. Y así le comencé a servir y adestrar a mi nuevo y viejo amo.
Como estuvimos en Salamanca algunos días, pareciéndole a mi amo que no era la ganancia a su contento, determinó irse de allí; y cuando nos hubimos de partir, yo fui a ver a mi madre, y ambos llorando, me dio su bendición y dijo: “Hijo, ya sé que no te veré más. Procura ser bueno, y Dios te guíe. Criado te he y con buen amo te he puesto. Válete por tí.”
Y así me fui para mi amo, que esperándome estaba. Salimos de Salamanca, y llegando a la puente, está a la entrada della un animal de piedra, que casi tiene forma de toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal, y allí puesto, me dijo:
“Lázaro, llega el oído a este toro, y oirás gran ruido dentro de él.”
Yo simplemente llegue, creyendo ser ansí; y como sintió que tenía la cabeza par de la piedra, afirmó recio la mano y dióme una gran calabazada en el diablo del toro, que más de tres días me duró el dolor de la cornada, y díjome: “Necio, aprende que el mozo del ciego un punto ha de saber mas que el diablo”, y rió mucho la burla.”

EN EL PRÓXIMO TEXTO:

Está con el ciego y se queja, que el Lazarillo  el día que va con él, le dan menos dinero, consigue más chicas que grande y blancas, porque el Lazarillo, cuando las veía se las quedaba.
"
Todo lo que podía sisar y hurtar, traía en medias blancas; y cuando le mandaban rezar y le daban blancas, como él carecía de vista, no había el que se la daba amagado con ella, cuando yo la tenía lanzada en la boca y la media aparejada, que por presto que él echaba la mano, ya iba de mi cambio aniquilada en la mitad del justo precio. Quejábaseme el mal ciego, porque al tiento luego conocía y sentía que no era blanca entera, y decía:
“¿Qué diablo es esto, que después que conmigo estás no me dan sino medias blancas, y de antes una blanca y un maravedí hartas veces me pagaban? En ti debe estar esta desdicha.”
También el abreviaba el rezar y la mitad de la oración no acababa, porque me tenía mandado que en yéndose el que la mandaba rezar, le tirase por el cabo del capuz. Yo así lo hacia. Luego el tornaba a dar voces, diciendo: “¿Mandan rezar tal y tal oración?”, como suelen decir.”

En el primer tratado el Lazarillo aprende a ser astuto, y dice que el mozo de ciego tiene que ser un punto más astuto que el propio ciego, para poder sobrevivir. Entonces el se da cuenta de que el ciego al no ver le quita todas las blancas que eran de mayor cuantía que las medias.”

EPISODIO DEL VINO
Lo presentan como muy realista, pero es totalmente fantástico, porque para que le Lazarillo pueda beber el vino, tiene que quemarse, porque hay una lumbre en medio para calentarse, y el ciego tiene las piernas abiertas a los lados del fuego, el Lazarillo ha tratado de beber el vino con una paja, pero siempre el ciego le pilla, y decide coger el jarro con la mano y tapando con la mano loa boca, para que el Lazarillo no puede meter la pajita, entonces el chico decide hacer un agujerito en la base y taparlo con un poco de cera, de manera que cuando se derrita el vino cae.  Entonces le decía al ciego que tenía mucho frío y que se tenía que acercar , pero para beber tenía que poner la cabeza encina del fuego, no es realista, eso es imposible.
Lo cuenta de tal modo que siendo un elemento fantástico parece real. Y es un episodio muy conocido pro hacer un elogio al vino.
Usaba poner cabe si un jarrillo de vino cuando comíamos, y yo muy de presto le asía y daba un par de besos callados y tornábale a su lugar. Mas turóme poco, que en los tragos conocía la falta, y por reservar su vino a salvo nunca después desamparaba el jarro, antes lo tenía por el asa asido; mas no había piedra imán que así trajese a sí como yo con una paja larga de centeno, que para aquel menester tenía hecha, la cual metiéndola en la boca del jarro, chupando el vino lo dejaba a buenas noches. Mas como fuese el traidor tan astuto, pienso que me sintió, y dende en adelante mudo propósito, y asentaba su jarro entre las piernas, y atapabale con la mano, y ansí bebía seguro. Yo, como estaba hecho al vino, moría por él, y viendo que aquel remedio de la paja no me aprovechaba ni valía, acordé en el suelo del jarro hacerle una fuentecilla y agujero sotil, y delicadamente con una muy delgada tortilla de cera taparlo, y al tiempo de comer, fingiendo haber frío, entrabame entre las piernas del triste ciego a calentarme en la pobrecilla lumbre que teníamos, y al calor della luego derretida la cera, por ser muy poca, comenzaba la fuentecilla a destillarme en la boca, la cual yo de tal manera ponía que maldita la gota se perdía. Cuando el pobreto iba a beber, no hallaba nada: espantábase, maldecía, daba al diablo el jarro y el vino, no sabiendo que podía ser. “No diréis, tío, que os lo bebo yo -decía-, pues no le quitáis de la mano.”
Tantas vueltas y tiento dio al jarro, que halló la fuente y cayó en la burla; mas así lo disimuló como si no lo hubiera sentido, y luego otro día, teniendo yo rezumando mi jarro como solía, no pensando en el daño que me estaba aparejado ni que el mal ciego me sentía, sentéme como solía, estando recibiendo aquellos dulces tragos,  
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mi cara puesta hacia el cielo, un poco cerrados los ojos por mejor gustar el sabroso licor, sintió el desesperado ciego que agora tenía tiempo de tomar de mí venganza y con toda su fuerza, alzando con dos manos aquel dulce y amargo jarro, le dejó caer sobre mi boca, ayudándose, como digo, con todo su poder, de manera que el pobre Lázaro, que de nada desto se guardaba, antes, como otras veces, estaba descuidado y gozoso,  erdaderamente me pareció que el cielo, con todo lo que en él hay, me había caído encima. Fue tal el golpecillo, que me desatinó y sacó de sentido, y el jarrazo tan grande, que los pedazos dél se me metieron por la cara, rompiéndomela por muchas partes, y me quebró los dientes, sin los cuales hasta hoy día me quedé.”
El contraste entre golpecillo y jarrazo
Desde aquella hora quise mal al mal ciego, y aunque me quería y regalaba y me curaba, bien vi que se había holgado del cruel castigo. Lavóme con vino las roturas que con los pedazos del jarro me había hecho, y sonriéndose decía: “¿Qué te parece, Lázaro? Lo que te enfermó te sana y da salud”, y otros donaires que a mi gusto no lo eran.
Ya que estuve medio bueno de mi negra trepa y cardenales, considerando que a pocos golpes tales el cruel ciego ahorraría de mí, quise yo ahorrar del; mas no lo hice tan presto por hacello más a mi salvo y provecho. Y aunque yo quisiera asentar mi corazón y perdonalle el jarrazo, no daba lugar el maltratamiento que el mal ciego dende allí adelante me hacía, que sin causa ni razón me hería, dándome coxcorrones y repelándome. Y si alguno le decía por que me trataba tan mal, luego contaba el cuento del jarro, diciendo:
“¿Pensareis que este mi mozo es algún inocente? Pues oíd si el demonio ensayara otra tal hazaña.”
Santiguándose los que lo oían, decían: “¡Mira, quién pensara de un muchacho tan pequeño tal ruindad!”, y reían mucho el artificio, y decíanle: “Castigaldo, castigaldo, que de Dios lo habréis.”
Y él con aquello nunca otra cosa hacía. Y en esto yo siempre le llevaba por los peores caminos, y adrede, por le hacer mal y daño: si había piedras, por ellas, si lodo, por lo más alto; que aunque yo no iba por lo mas enjuto, holgábame a mí de quebrar un ojo por quebrar dos al que ninguno tenía. Con esto siempre con el cabo alto del tiento me atentaba el colodrillo, el cual siempre traía lleno de tolondrones y pelado de sus manos; y aunque yo juraba no lo hacer con malicia, sino por no hallar mejor camino, no me aprovechaba ni me creía más: tal era el sentido y el grandísimo entendimiento del traidor.
Y porque vea V.M. a cuánto se estendía el ingenio deste astuto ciego, contaré un caso de muchos que con él me acaecieron, en el cual me parece dio bien a entender su gran astucia. Cuando salimos de Salamanca, su motivo fue venir a tierra de Toledo, porque decía ser la gente mas rica, aunque no muy limosnera.
Arrimábase a este refrán: “Más da el duro que el desnudo.” Y venimos a este  camino por los mejores lugares. Donde hallaba buena acogida y ganancia, deteníamonos; donde no, a tercero día hacíamos Sant Juan.
Acaeció que llegando a un lugar que llaman Almorox, al tiempo que cogían lasuvas, un vendimiador le dio un racimo dellas en limosna, y como suelen ir los cestos maltratados y también porque la uva en aquel tiempo esta muy madura, desgranábasele el racimo en la mano; para echarlo en el fardel tornábase mosto, y lo que a él se llegaba. Acordó de hacer un banquete, ansí por no lo poder llevar como por contentarme, que aquel día me había dado muchos rodillazos y golpes. Sentamonos en un valladar y dijo:
“Agora quiero yo usar contigo de una liberalidad, y es que ambos comamos este racimo de uvas, y que hayas dél tanta parte como yo.
Partillo hemos desta manera: tú picarás una vez y yo otra; con tal que me prometas no tomar cada vez más de una uva, yo haré lo mesmo hasta que lo acabemos, y desta suerte no habrá engaño.”
Hecho ansí el concierto, comenzamos; mas luego al segundo lance; el traidor mudó de propósito y comenzó a tomar de dos en dos, considerando que yo debría hacer lo mismo. Como vi que el quebraba la postura, no me contente ir a la par con él, mas aun pasaba adelante: dos a dos, y tres a tres, y como podía las comía.
Acabado el racimo, estuvo un poco con el escobajo en la mano y meneando la cabeza dijo:
“Lázaro, engañado me has: juraré yo a Dios que has tu comido las uvas tres a tres.”
“No comí -dije yo- mas ¿por que sospecháis eso?”
Respondió el sagacísimo ciego:
“¿Sabes en que veo que las comiste tres a tres? En que comía yo dos a dos y callabas.”{, a lo cual yo no respondí. Yendo que íbamos ansí por debajo de unos soportales en Escalona, adonde a la sazón estábamos en casa de un zapatero, había muchas sogas y otras cosas que de esparto se hacen, y parte dellas dieron a mi amo en la cabeza; el cual, alzando la mano, toco en ellas, y viendo lo que era díjome:
“Anda presto, mochacho; salgamos de entre tan mal manjar, que ahoga sin comerlo.”
Yo, que bien descuidado iba de aquello, mire lo que era, y como no vi sino sogas y cinchas, que no era cosa de comer, dijele:
“Tío, ¿por qué decís eso?”
Respondióme:
“Calla, sobrino; según las mañas que llevas, lo sabrás y verás como digo verdad.” Y ansí pasamos adelante por el mismo portal y llegamos a un mesón, a la puerta del cual había muchos cuernos en la pared, donde ataban los recueros sus bestias. Y como iba tentando si era allí el mesón, adonde él rezaba cada día por la  
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mesonera la oración de la emparedada, asió de un cuerno, y con un gran sospiro dijo:
“¡Oh, mala cosa, peor que tienes la hechura! ¡De cuántos eres deseado poner tu nombre sobre cabeza ajena y de cuán pocos tenerte ni aun oír tu nombre, por ninguna vía!”
Como le oí lo que decía, dije:“Tío, ¿qué es eso que decís?”
“Calla, sobrino, que algún día te dará éste, que en la mano tengo, alguna mala comida y cena.”
“No le comeré yo -dije- y no me la dará.”
“Yo te digo verdad; si no, verlo has, si vives.”
Y ansí pasamos adelante hasta la puerta del mesón, adonde pluguiere a Dios nunca allá llegáramos, según lo que me sucedía en él.
Era todo lo más que rezaba por mesoneras y por bodegoneras y turroneras y rameras y ansí por semejantes mujercillas, que por hombre casi nunca le vi decir oración.}
Reíme entre mí, y aunque mochacho noté mucho la discreta consideración del ciego. Mas por no ser prolijo dejo de contar muchas cosas, así graciosas como de notar, que con este mi primer amo me acaecieron, y quiero decir el despidiente y con él acabar.
Estábamos en Escalona, villa del duque della, en un mesón, y dióme un pedazo de longaniza que la asase. Ya que la longaniza había pringado y comídose las pringadas, sacó un maravedí de la bolsa y mandó que fuese por el de vino a la taberna. Púsome el demonio el aparejo delante los ojos, el cual, como suelen decir, hace al ladrón, y fue que había cabe el fuego un nabo pequeño, larguillo y ruinoso, y tal que, por no ser para la olla, debió ser echado allí. Y como al presente nadie estuviese sino él y yo solos, como me vi con apetito goloso, habiéndome puesto dentro el sabroso olor de la longaniza, del cual solamente sabía que había de gozar, no mirando que me podría suceder, pospuesto todo el temor por cumplir con el deseo, en tanto que el ciego sacaba de la bolsa el dinero, saque la longaniza y muy presto metí el sobredicho nabo en el asador, el cual mi amo, dándome el dinero para el vino, tomó y comenzó a dar vueltas al fuego, queriendo asar al que de ser cocido por sus deméritos había escapado.
Yo fui por el vino, con el cual no tardé en despachar la longaniza, y cuando vine halle al pecador del ciego que tenía entre dos rebanadas apretado el nabo, al cual aun no había conocido por no lo haber tentado con la mano. Como tomase las rebanadas y mordiese en ellas pensando también llevar parte de la longaniza, hallose en frío con el frío nabo. Alterose y dijo:
“¿Que es esto, Lazarillo?”
“¡Lacerado de mi! -dije yo-. ¿Si queréis a mi echar algo? ¿Yo no vengo de traer el vino? Alguno estaba ahí, y por burlar haría esto.”
“No, no -dijo él-,que yo no he dejado el asador de la mano; no es posible “
Yo torné a jurar y perjurar que estaba libre de aquel trueco y cambio; mas poco me aprovechó, pues a las astucias del maldito ciego nada se le escondía. Levantóse y  asióme por la cabeza, y llegóse a olerme; y como debió sentir el huelgo, a uso de buen podenco, por mejor satisfacerse de la verdad, y con la gran agonía que llevaba, asiéndome con las manos, abríame la boca más de su derecho y desatentadamente metía la nariz, la cual el tenía luenga y afilada, y a aquella sazón con el enojo se habían augmentado un palmo, con el pico de la cual me llegó a la gulilla. Y con esto y con el gran miedo que tenía, y con la brevedad del tiempo, la negra longaniza aún no había hecho asiento en el estomago, y lo más principal, con el destiento de la cumplidísima nariz, medio cuasi ahogándome, todas estas cosas se juntaron y fueron causa que el hecho y golosina se manifestase y lo suyo fuese devuelto a su dueño: de manera que antes que el mal ciego sacase de mi boca su trompa, tal alteración sintió mi estomago que le dio con el hurto en ella, de suerte que su nariz y la negra malmaxcada longaniza a un tiempo salieron de mi boca.
¡Oh, gran Dios, quien estuviera aquella hora sepultado, que muerto ya lo estaba!
Fue tal el coraje del perverso ciego que, si al ruido no acudieran, pienso no me dejara con la vida. Sacáronme de entre sus manos, dejándoselas llenas de aquellos pocos cabellos que tenía, arañada la cara y rascuñazo el pescuezo y la garganta; y esto bien lo merecía, pues por su maldad me venían tantas persecuciones.
Contaba el mal ciego a todos cuantos allí se allegaban mis desastres, y dábales cuenta una y otra vez, así de la del jarro como de la del racimo, y agora de lo presente. Era la risa de todos tan grande que toda la gente que por la calle pasaba  entraba a ver la fiesta; mas con tanta gracia y donaire recontaba el ciego mis hazañas que, aunque yo estaba tan maltratado y llorando, me parecía que hacía sin justicia en no se las reír.
Y en cuanto esto pasaba, a la memoria me vino una cobardía y flojedad que hice, por que me maldecía, y fue no dejalle sin narices, pues tan buen tiempo tuve para ello que la meitad del camino estaba andado; que con solo apretar los dientes se me quedaran en casa, y con ser de aquel malvado, por ventura lo retuviera mejor mi estomago que retuvo la longaniza, y no pareciendo ellas pudiera negar la demanda. Pluguiera a Dios que lo hubiera hecho, que eso fuera así que así.
Hicieronnos amigos la mesonera y los que allí estaban, y con el vino que para beber le había traído, laváronme la cara y la garganta, sobre lo cual discantaba el mal ciego donaires, diciendo:
“Por verdad, más vino me gasta este mozo en lavatorios al cabo del año que yo bebo en dos. A lo menos, Lázaro, eres en más cargo al vino que a tu padre, porque él una vez te engendró, mas el vino mil te ha dado la vida.”
Y luego contaba cuántas veces me había descalabrado y harpado la cara, y con vino luego sanaba.
“Yo te digo -dijo- que si un hombre en el mundo ha de ser bienaventurado con vino, que serás tu.”
Y reían mucho los que me lavaban con esto, aunque yo renegaba. Mas el pronostico del ciego no salió mentiroso, y después acá muchas veces me acuerdo
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de aquel hombre, que sin duda debía tener spiritu de profecía, y me pesa de los sinsabores que le hice, aunque bien se lo pagué, considerando lo que aquel día me dijo salirme tan verdadero como adelante V.M. oirá.
Visto esto y las malas burlas que el ciego burlaba de mí, determiné de todo en todo dejalle, y como lo traía pensado y lo tenía en voluntad, con este postrer juego que me hizo afirmelo más. Y fue ansí, que luego otro día salimos por la villa a pedir limosna, y había llovido mucho la noche antes; y porque el día también llovía, y andaba rezando debajo de unos portales que en aquel pueblo había, donde no nos mojamos; mas como la noche se venía y el llover no cesaba, díjome el ciego:
“Lázaro, esta agua es muy porfiada, y cuanto la noche más cierra, más recia.
Acojámonos a la posada con tiempo.”
Para ir allá, habíamos de pasar un arroyo que con la mucha agua iba grande. Yo le dije:
“Tío, el arroyo va muy ancho; mas si queréis, yo veo por donde travesemos más aína sin nos mojar, porque se estrecha allí mucho, y saltando pasaremos a pie enjuto.”
Parecióle buen consejo y dijo:
“Discreto eres; por esto te quiero bien. Llévame a ese lugar donde el arroyo se ensangosta, que agora es invierno y sabe mal el agua, y más llevar los pies mojados.”
Yo, que vi el aparejo a mi deseo, saquéle debajo de los portales, y llevélo derecho de un pilar o poste de piedra que en la plaza estaba, sobre la cual y sobre otros cargaban saledizos de aquellas casas, y digole:
“Tío, este es el paso mas angosto que en el arroyo hay.”
Como llovía recio, y el triste se mojaba, y con la priesa que llevábamos de salir del agua que encima de nos caía, y lo más principal, porque Dios le cegó aquella hora el entendimiento (fue por darme dél venganza), creyóse de mi y dijo:
“Ponme bien derecho, y salta tú el arroyo.”
Yo le puse bien derecho enfrente del pilar, y doy un salto y pongome detrás del poste como quien espera tope de toro, y díjele:
“!Sus! Salta todo lo que podáis, porque deis deste cabo del agua.”
Aun apenas lo había acabado de decir cuando se abalanza el pobre ciego como cabrón, y de toda su fuerza arremete, tomando un paso atrás de la corrida para hacer mayor salto, y da con la cabeza en el poste, que sonó tan recio como si diera con una gran calabaza, y cayó luego para atrás, medio muerto y hendida la cabeza.
“¿Cómo, y olistes la longaniza y no el poste? !Ole! !Ole! -le dije yo.
Y dejéle en poder de mucha gente que lo había ido a socorrer, y tomé la puerta de la villa en los pies de un trote, y antes que la noche viniese di conmigo en Torrijos.
No supe más lo que Dios dél hizo, ni curé de lo saber.”

Este es el primer tratado en el que Lázaro aprende a ser muy astuto, y decide ir con un clérigo avaricioso que le mata de hambre, y lo dejará. Del bulero se da cuenta de la corrupción que hay, porque con el tema de las bulas llega a un pueblo a venderlas y no vende ninguna y un ayudante hace de gancho y dic que no compren las bulas que es una tontería que para que van a gastar dinero, y al ver que no las compran, hecha pestes contra el bulero y cuando llega la hora de la misa, está el bulero que no ha vendido bulas, el ayudante y el Lazarillo, y en pleno sermón el ayudante finge un ataque de epilepsia y el vilero arremete contra el diciendo  que no se puede ir en contra de Dios y de esa forma consigue que todos los aldeanos compren bulas, y vende todo.
En este episodio el autor hace una crítica muy dura a sectores de la Iglesia corrompida, buscando dinero.

EL TERCER TRATADO
Aquí el Lazarillo se asienta con un escudero y como lo ve bien vestido, porque lleva puños, pero es lo único que lleva,  y piensa que será un buen sitio para ser criado.
Del Hidalgo aprende que hay que tener honra.
Este tratado es interesante pues es para aquellos que creen que por proceder de familias nobles es suficiente y consideran una deshonra trabajar , por lo que mendigar es peor aun.
Con el hidalgo el Lazarillo ve que es más pobre que el resto de los amos, porque a los otros no les importaba pedir o lo que fuere para sobrevivir, pero el hidalgo es capaz de morir de hambre, por no ensuciar sus manos, y no trabajar.
El autor hace una crítica muy dura hacia esa clase parasita de la nobleza.
Tratado Tercero: Cómo Lázaro se asentó con un escudero, y de lo que le
acaeció con él.
Desta manera me fue forzado sacar fuerzas de flaqueza y, poco a poco, con ayuda de las buenas gentes di comigo en esta insigne ciudad de Toledo, adonde con la merced de Dios dende a quince días se me cerró la herida; y mientras estaba malo, siempre me daban alguna limosna, mas después que estuve sano, todos me decían:
“Tú, bellaco y gallofero eres. Busca, busca un amo a quien sirvas.”
“¿Y adónde se hallará ese -decía yo entre mí- si Dios agora de nuevo, como crió el mundo, no le criase?
Andando así discurriendo de puerta en puerta, con harto poco remedio, porque ya la caridad se subió al cielo, topóme Dios con un escudero que iba por la calle con razonable vestido, bien peinado, su paso y compás en orden. Miróme, y yo a él, y díjome:
“Mochacho, ¿buscas amo?”
Yo le dije: “Sí, señor.”
“Pues vente tras mí -me respondió- que Dios te ha hecho merced en topar comigo.
Alguna buena oración rezaste hoy.”
Y seguile, dando gracias a Dios por lo que le oí, y también que me parecía, según su hábito y continente, ser el que yo había menester.
Era de mañana cuando este mi tercero amo topé, y llevóme tras sí gran parte de la ciudad. Pasábamos por las plazas do se vendía pan y otras provisiones. Yo pensaba y aun deseaba que allí me quería cargar de lo que se vendía, porque esta era propria hora cuando se suele proveer de lo necesario; mas muy a tendido paso pasaba por estas cosas. “Por ventura no lo vee aquí a su contento -decía yo- y querrá que lo compremos en otro cabo.”
Desta manera anduvimos hasta que dio las once. Entonces se entró en la iglesia mayor, y yo tras él, y muy devotamente le vi oír misa y los otros oficios divinos, hasta que todo fue acabado y la gente ida. Entonces salimos de la iglesia.
A buen paso tendido comenzamos a ir por una calle abajo. Yo iba el más alegre del mundo en ver que no nos habíamos ocupado en buscar de comer. Bien consideré que debía ser hombre, mi nuevo amo, que se proveía en junto, y que ya la comida estaría a punto tal y como yo la deseaba y aun la había menester.
En este tiempo dio el reloj la una después de mediodía, y llegamos a una casa ante la cual mi amo se paró, y yo con él; y derribando el cabo de la capa sobre el lado izquierdo, saco una llave de la manga y abrió su puerta y entramos en casa; la cual tenía la entrada obscura y lóbrega de tal manera que parece que ponía
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temor a los que en ella entraban, aunque dentro della estaba un patio pequeño y razonables cámaras.
Desque fuimos entrados, quita de sobre sí su capa y, preguntando si tenía las manos limpias, la sacudimos y doblamos, y muy limpiamente soplando un poyo que allí estaba, la puso en él. Y hecho esto, sentóse cabo della, preguntándome muy por extenso de dónde era y cómo había venido a aquella ciudad; y yo le di más larga cuenta que quisiera, porque me parecía más conveniente hora de mandar poner la mesa y escudillar la olla que de lo que me pedía. Con todo eso, yo le satisfice de mi persona lo mejor que mentir supe, diciendo mis bienes y callando lo demás, porque me parecía no ser para en cámara.
Esta muerto de hambre y aun pregunta si esta hecho con manos limpias, no tiene desperdicio el comentario.

Esto hecho, estuvo ansí un poco, y yo luego vi mala señal, por ser ya casi las dos y no le ver mas aliento de comer que a un muerto. Después desto, consideraba aquel tener cerrada la puerta con llave ni sentir arriba ni abajo pasos de viva persona por la casa. Todo lo que yo había visto eran paredes, sin ver en ella silleta, ni tajo, ni banco, ni mesa, ni aun tal arcaz como el de marras: finalmente, ella parecía casa encantada. Estando así, díjome:“Tú, mozo, ¿has comido?”
“No, señor -dije yo-, que aun no eran dadas las ocho cuando con vuestra merced encontré.”
“Pues, aunque de mañana, yo había almorzado, y cuando ansí como algo, hágote saber que hasta la noche me estoy ansí. Por eso, pásate como pudieres, que después cenaremos.
Vuestra merced crea, cuando esto le oí, que estuve en poco de caer de mi estado, no tanto de hambre como por conocer de todo en todo la fortuna serme adversa.
Allí se me representaron de nuevo mis fatigas, y torné a llorar mis trabajos; allí se me vino a la memoria la consideración que hacía cuando me pensaba ir del clérigo, diciendo que aunque aquél era desventurado y mísero, por ventura toparía con otro peor: finalmente, allí llore mi trabajosa vida pasada y mi cercana muerte venidera. Y con todo, disimulando lo mejor que pude:
“Señor, mozo soy que no me fatigo mucho por comer, bendito Dios. Deso me podré yo alabar entre todos mis iguales por de mejor garganta, y ansí fui yo loado della fasta hoy día de los amos que yo he tenido.”
“Virtud es esa -dijo él- y por eso te querré yo más, porque el hartar es de los puercos y el comer regladamente es de los hombres de bien.”
“¡Bien te he entendido! -dije yo entre mí- ¡maldita tanta medicina y bondad como aquestos mis amos que yo hallo hallan en la hambre!”
Púseme a un cabo del portal y saque unos pedazos de pan del seno, que me habían quedado de los de por Dios. Él, que vio esto, díjome:
“Ven acá, mozo. ¿Qué comes?”
Yo lleguéme a él y mostréle el pan. Tomóme él un pedazo, de tres que eran el mejor y más grande, y díjome:
“Por mi vida, que parece este buen pan.”
“¡Y cómo! ¿Agora -dije yo-, señor, es bueno?”
“Sí, a fe -dijo él-. ¿Adonde lo hubiste? ¿Si es amasado de manos limpias?”
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“No sé yo eso -le dije-; mas a mí no me pone asco el sabor dello.”
“Así plega a Dios” -dijo el pobre de mi amo.
Y llevándolo a la boca, comenzó a dar en él tan fieros bocados como yo en lo otro.
“Sabrosísimo pan está -dijo-, por Dios.”
Y como le sentí de que pié coxqueaba, dime priesa, porque le vi en disposición, si acababa antes que yo, se comediría a ayudarme a lo que me quedase; y con esto acabamos casi a una. Y mi amo comenzó a sacudir con las manos unas pocas de migajas, y bien menudas, que en los pechos se le habían quedado, y entró en una camareta que allí estaba, y sacó un jarro desbocado y no muy nuevo, y desque hubo bebido convidóme con él. Yo, por hacer del continente, dije:
“Señor, no bebo vino.”
“Agua es, -me respondió-. Bien puedes beber.”
Entonces tomé el jarro y bebí, no mucho, porque de sed no era mi congoja. Ansí estuvimos hasta la noche, hablando en cosas que me preguntaba, a las cuales yo le respondí lo mejor que supe. En este tiempo metióme en la cámara donde estaba el jarro de que bebimos, y díjome: “Mozo, párate allí y veras, como hacemos esta cama, para que la sepas hacer de aquí adelante.”
Púseme de un cabo y él del otro y hecimos la negra cama, en la cual no había mucho que hacer, porque ella tenía sobre unos bancos un cañizo, sobre el cual estaba tendida la ropa que, por no estar muy continuada a lavarse, no parecía colchón, aunque servía del, con harta menos lana que era menester. Aquel tendimos, haciendo cuenta de ablandalle, lo cual era imposible, porque de lo duro mal se puede hacer blando. El diablo del enjalma maldita la cosa tenía dentro de sí, que puesto sobre el cañizo todas las cañas se señalaban y parecían a lo proprio entrecuesto de flaquísimo puerco; y sobre aquel hambriento colchón un alfamar del mesmo jaez, del cual el color yo no pude alcanzar. Hecha la cama y la noche venida, díjome:
“Lázaro, ya es tarde, y de aquí a la plaza hay gran trecho. También en esta ciudad andan muchos ladrones que siendo de noche capean. Pasemos como podamos y mañana, venido el día, Dios hará merced; porque yo, por estar solo, no estoy proveído, antes he comido estos días por allá fuera, mas agora hacerlo hemos de otra manera.”
“Señor, de mí -dije yo- ninguna pena tenga vuestra merced, que se pasar una noche y aun más, si es menester, sin comer.”
“Vivirás más y más sano -me respondió-, porque como decíamos hoy, no hay tal cosa en el mundo para vivir mucho que comer poco.”
“Si por esa vía es -dije entre mí-, nunca yo moriré, que siempre he guardado esa regla por fuerza, y aun espero en mi desdicha tenella toda mi vida.”
Y acostóse en la cama, poniendo por cabecera las calzas y el jubón, y mandome echar a sus pies, lo cual yo hice; mas ¡maldito el sueño que yo dormí! Porque las canas y mis salidos huesos en toda la noche dejaron de rifar y encenderse, que con mis trabajos, males y hambre, pienso que en mi cuerpo no había libra de
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carne; y también, como aquel día no había comido casi nada, rabiaba de hambre, la cual con el sueño no tenía amistad. Maldíjeme mil veces -¡Dios me lo perdone!-
y a mi ruin fortuna, allí lo más de la noche, y (lo peor) no osándome revolver por no despertalle, pedí a Dios muchas veces la muerte.

COMO VE CON ESTE AMO va a seguir pasando hambre, decide ir a buscar comida.


Desque vi ser las dos y no venía y la hambre me aquejaba, cierro mi puerta y pongo la llave do mandó, y tornóme a mi menester. Con baja y enferma voz e inclinadas mis manos en los senos, puesto Dios ante mis ojos y la lengua en su nombre, comienzo a pedir pan por las puertas y casas mas grandes que me parecía. Mas como yo este oficio le hobiese mamado en la leche, quiero decir que con el gran maestro el ciego lo aprendí, tan suficiente discípulo salí que, aunque en este pueblo no había caridad ni el año fuese muy abundante, tan buena maña me di que, antes que el reloj diese las cuatro, ya yo tenía otras tantas libras de pan ensiladas en el cuerpo y más de otras dos en las mangas y senos. Volvime a la posada y al pasar por la tripería pedí a una de aquellas mujeres, y diome un pedazo de una de vaca con otras pocas de tripas cocidas.
Cuando llegue a casa, ya el bueno de mi amo estaba en ella, doblada su capa y puesta en el poyo, y él paseándose por el patio. Como entro, vínose para mí.
Pensé que me quería reñir la tardanza, mas mejor lo hizo Dios. Preguntóme do venía. Yo le dije:
“Señor, hasta que dio las dos estuve aquí, y de que vi que V.M. no venía, fuime por esa ciudad a encomendarme a las buenas gentes, y hanme dado esto que veis.”
Mostréle el pan y las tripas que en un cabo de la halda traía, a lo cual el mostró buen semblante y dijo:
“Pues esperado te he a comer, y de que vi que no veniste, comí. Mas tu haces como hombre de bien en eso, que mas vale pedillo por Dios que no hurtallo, y ansí Él me ayude como ello me parece bien. Y solamente te encomiendo no sepan que vives comigo, por lo que toca a mi honra, aunque bien creo que será secreto, según lo poco que en este pueblo soy conocido. ¡Nunca a él yo hubiera de venir!”
“De eso pierda, señor, cuidado -le dije yo-, que maldito aquel que ninguno tiene de pedirme esa cuenta ni yo de dalla.”
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“Agora pues, come, pecador. Que, si a Dios place, presto nos veremos sin
necesidad; aunque te digo que después que en esta casa entre, nunca bien me ha ido. Debe ser de mal suelo, que hay casas desdichadas y de mal pie, que a los que viven en ellas pegan la desdicha. Esta debe de ser sin dubda de ellas; mas yo te prometo, acabado el mes, no quede en ella aunque me la den por mía.”
Sentéme al cabo del poyo y, porque no me tuviese por glotón, calle la merienda; y comienzo a cenar y morder en mis tripas y pan, y disimuladamente miraba al desventurado señor mío, que no partía sus ojos de mis faldas, que aquella sazón servían de plato. Tanta lástima haya Dios de mí como yo había del, porque sentí lo que sentía, y muchas veces había por ello pasado y pasaba cada día. Pensaba si sería bien comedirme a convidalle; mas por me haber dicho que había comido, temía me no aceptaría el convite. Finalmente, yo deseaba aquel pecador yudase a su trabajo del mío, y se desayunase como el día antes hizo, pues había mejor aparejo, por ser mejor la vianda y menos mi hambre.
Quiso Dios cumplir mi deseo, y aun pienso que el suyo, porque, como comencé a comer y él se andaba paseando llegóse a mi y díjome:
El Hidalgo Reconoce que no come por la maldición que tiene.
“Dígote, Lázaro, que tienes en comer la mejor gracia que en mi vida vi a hombre, y que nadie te lo verá hacer que no le pongas gana aunque no la tenga.”
“La muy buena que tú tienes -dije yo entre mí- te hace parecer la mía hermosa.”
Con todo, parecióme ayudarle, pues se ayudaba y me abría camino para ello, y dijele:
“Señor, el buen aparejo hace buen artífice. Este pan está sabrosísimo y esta uña de vaca tan bien cocida y sazonada, que no habrá a quien no convide con su sabor.”
Lázaro le ofrece comida con mucha delicadeza, para que no se sienta ofendido.
“¿Una de vaca es?”
“Sí, señor.”
“Dígote que es el mejor bocado del mundo, que no hay faisán que ansí me sepa.”
“Pues pruebe, señor, y verá qué tal está.”
Póngole en las uñas la otra y tres o cuatro raciones de pan de lo más blanco y asentóseme al lado, y comienza a comer como aquel que lo había gana, royendo cada huesecillo de aquellos mejor que un galgo suyo lo hiciera.
“Con almodrote -decía- es este singular manjar.”
“Con mejor salsa lo comes tú”, respondí yo paso.
“Por Dios, que me ha sabido como si hoy no hobiera comido bocado.”
“¡Ansí me vengan los buenos años como es ello!” -dije yo entre mí.
Pidióme el jarro del agua y díselo como lo había traído. Es señal que, pues no le faltaba el agua, que no le había a mi amo sobrado la comida. Bebimos, y muy contentos nos fuimos a dormir como la noche pasada.
Y por evitar prolijidad, desta manera estuvimos ocho o diez días, yéndose el pecador en la mañana con aquel contento y paso contado a papar aire por las calles, teniendo en el pobre Lázaro una cabeza de lobo. Contemplaba yo muchas veces mi desastre, que escapando de los amos ruines que había tenido y
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buscando mejoría, viniese a topar con quien no solo no me mantuviese, mas a quien yo había de mantener.
Con todo, le quería bien, con ver que no tenía ni podía más, y antes le había lástima que enemistad; y muchas veces, por llevar a la posada con que el lo pasase, yo lo pasaba mal. Porque una mañana, levantándose el triste en camisa, subió a lo alto de la casa a hacer sus menesteres, y en tanto yo, por salir de sospecha, desenvolvile el jubón y las calzas que a la cabecera dejo, y hallé una bolsilla de terciopelo raso hecho cien dobleces y sin maldita la blanca ni señal que la hobiese tenido mucho tiempo.
EN ESTE EPISODIO se puede ver como el autor está criticando al hidalgo porque es más pobre que los demás, porque a los otros amos, no les importaba pedir, pero este era capaz de padecer, y vivir a costa del Lazarillo.
Del hidalgo aprende, que aunque es más pobre que los otros, sin embargo, es importante el sentido de la honra, y el que dirán.
No tanto lo que sea, sino lo que realmente se aparenta.
De cada uno de los amos irá aprendiendo, forjando su personalidad e ir evolucionando, y por eso se habla de la primera novela moderna, porque el protagonista empieza siendo un niño y acabará siendo un adulto.

Empieza siendo un infeliz y acabara admitiendo la deshonra de su mujer si eso le permite vivir un poco mejor, y el caso no es otro que las habladurías de Toledo y por eso es pregonero.